Todas las religiones han reclamado para sí el
depósito de la VERDAD. El discernimiento entonces de cuál es la verdadera se
volvió desde el inicio de los tiempos una necesidad. Todo ser humano cuando desarrolla
su intelecto responde a una pregunta ¿La Verdad existe?, su respuesta
determinará su vida. Es cierto que existen conversos y descreídos, los primeros
son los que pasaron del No al Si y lo segundos los que pasaron del Si al No.
Igualmente este proceso determina la vida dividendo la misma en dos, un antes y
un después de la revelación.
La VERDAD es revelada, no existe otra manera de acercarse a ella.
Para que la revelación exista o se produzca se precisa de una disposición de la
mente principalmente.
Si la VERDAD se revelara a todos a la vez el
mundo cambiaría radicalmente, no volvería a ser el mismo. Este es el anhelo de
a todos cuantos se les ha revelado, que todos los demás puedan conocerla. En
esta misión hay un tiempo, el tiempo de cada ser humano y la VERDAD no puede
pertenecer a ningún tiempo pues debe pertenecer a todos y a ninguno para ser
VERDAD. Conocemos verdades asociadas a tiempos que han sucumbido y sucumbirán
por su propia naturaleza temporal. La VERDAD por ello y para la mente es
eterna, aunque este concepto de eterno para la mente se haga difícil de
entender y comprender.
Si la VERDAD es eterna, en el siempre es
siempre la misma, pues no puede ser algo diferente en un tiempo y diferente
luego en otro, por tanto la VERDAD a parte de eterna sólo puede ser una e inmutable,
no puede cambiar.
Si nuestra naturaleza pretende alcanzar la
VERDAD como algo eterno, única e inmutable es imposible comprenderla con la
mente que es temporal, diversa y mutable. Cada uno de nosotros tenemos nuestra
propia mente y por eso no hay unicidad en la mente.
Dónde encontramos eternidad, unicidad e
inmutabilidad en esta vida es en el AHORA. Es el único momento que pertenece a
la eternidad y por tanto comulga con la VERDAD en este atributo. La VERDAD y el
AHORA conviven. El AHORA es sólo UNO, pues es irrepetible. Y el AHORA es inmutable
por propia definición, sólo el recuerdo del ahora y la programación mental de
lo que será el ahora como deseo o sueño es mutable. Por tanto el AHORA e
eterno, uno e inmutable.
Par encontrar la VERDAD en el AHORA no puedo
utilizar la mente, que no puede vivir en el ahora por propia esencia. Dispongo
del cuerpo, que vive en el ahora, es único pero es mutable y temporal. No puedo
confiarme de las emociones por su carácter temporal. Por tanto, sólo el cuerpo
me permite entrar a conocer la verdad pues me permite estar en el AHORA. El cuerpo
dispone del corazón, que dispone de neuronas. Estas neuronas ven la vida como
es, sin filtros, al revés de la mente. Por tanto, con el CORAZON podré conocer
la VERDAD.
Disponer el CORAZON para conocer la VERDAD
requiere ATENCION PLENA desde el CORAZÓN y es cuando surge el AMOR que es AMMA
(la reclamación de la atención del bebé a su madre cuando nace, su primer
balbuceo), ATENCION, ATENCION, ATENCION.
“El AMOR como “SABIDURIA INFINITA que nos permite
conocer la VERDAD”. Este es el AMOR del que hablamos en este Cursillo y si el
AMOR es infinito como Sabiduría, forma
parte de la eternidad y es en ella donde lograremos alcanzar su plenitud y en
la tierra la única expresión de la eternidad que tenemos es el AHORA”.