
Desde pequeños marcamos un rumbo, un camino que deberÃamos realizar para alcanzar nuestros sueños. ¿Te acuerdas cual fue tu sueño? SÃ, el que de pequeño tenÃas de lo que ibas a ser de mayor y que siempre te preguntaba alguna tÃa o amiga de tu madre: ¿y tú de pequeño que quieres ser? y contestabas: bombera, futbolista, bailarÃn, peluquero…y entonces se echaban todos a reÃr. Ese sueño, sÃ, ese sueño, ¿dónde está?. Tal vez lo lograste o tal vez se quedó en un sueño. Todos de niños tenemos esa clase de sueños, de manera consciente o más subconsciente el personaje que creamos en nuestra infancia como el hombre y la mujer futura que imaginábamos que querÃamos llegar a ser formó parte de nuestra infancia y ahora, aunque parezca mentira, sigue con nosotros, sigue siendo o una realidad o un sueño. Para todo aquel que no se cumplió el guardián del sueño es el NIÑO INTERIOR, el que cada uno tenemos en nuestro interior. Puede ser que aún no sea tarde.Tus sueños son tu motor, tu verdadera gasolina en términos de motivación. Rescátalo como una pieza de colección, examÃnalo, rodéate de todo aquello que pueda acercarte un poco más a ese sueño. ¿Cómo? Usa la imaginación. Yo querÃa ser fraile, si te rÃes o te sorprende, es la prueba de que es un sueño infantil, es lo que tienen los sueños infantiles. SÃ, meterme en un convento a rezar todo el dÃa, amaba el silencio. Hoy estoy casado con Julia y tenemos dos hijas, Beatriz y Mencia, ejerzo la abogacÃa como mediador y coach en educación transpersonal ayudando a la gente a resolver sus conflictos. Me costó mucho retomar el sueño que de pequeño tenÃa y cuando lo descubrà me di cuenta que no podÃa ponerlo en práctica. ¿Cómo?!!!, me pregunté, entonces me di cuenta que podÃa incorporar a mi actividad diaria muchas de las tareas y funciones de un fraile y sobre todo el valor principal, el silencio y entonces decidà cambiar el rumbo de mi vida. Incorporé un horario, unas tareas y unas funciones diarias, semanales, mensuales y anuales y busqué espacios y tiempos de silencio, incluso proyecté “Educando en el silencio”, proyecto educativo que estoy poniendo en marcha. ¿Cuál fue tu sueño? Desmóntalo como un mecano, observa sus piezas y verifica cuales de ellas puedes incorporar a tu vida y si tu solo no puedes acude a quien te acompañe en esa tarea y ese camino. Marca de nuevo el rumbo a tu sueño.