viernes, 27 de diciembre de 2013

REINICIARSE como SERES ESPIRITUALES: No soy de este mundo pero vivo en él. (XV).


Consecuencia inmediata del nacimiento a la luz, del despertar, es la convicción de que no somos de este mundo, pero vivimos en él, que esta estancia mundana, solo es un tránsito hacía otros niveles superiores de conciencia y vida.

Al tener la convicción de inmortalidad espiritual, se comienza a relativizar lo que este mundo ofrece como culmen de gloria y poder y se anhela solo progresar en la vida espiritual para alcanzar en su momento el tránsito hacía el destino que se nos tiene deparado.

Si no somos materia, si somos energía, si nada muere, que todo se transforma, esta es la consecuencia: un tránsito. Más nuestra mente y nuestro Ego lucharán por entender, por comprender, lo que sólo se puede sentir. Y ante la falta de argumentos sólidos que la mente puede comprender y entender abandonan el camino del desarrollo espiritual y siguen señoreados por quienes si tienen un final seguro: la mente y el Ego.

Por el contrario quien se deja señorear por el espíritu siente y al sentir sabe y al saber confía y al confiar ama y al amar encuentra su propia esencia, el amor por el que fue creado.

Santa Teresa de Jesús lo expresó con claridad: “Sólo Dios basta”.

Pero durante un tiempo la vida transcurre en este mundo. ¿Y ahora qué?, preguntó el aprendiz al maestro Zen, después de un período largo de aprendizaje en el monasterio, y éste le dijo: “Ahora; el mercado”.


Compaginar la vida en la tierra con la esencia espiritual es el mayor y más sublime aprendizaje. Mantener los pies en la tierra y con un dedo tocar el cielo. Mantener los pies en la tierra y levantar los brazos para abrazar la eternidad y el infinito al que pertenecemos. Quién así vive, con un sentido trascendente y sobrenatural de la vida se integra, se realiza como ser integral e integra en su vida toda la fuerza que Dios ha puesto en las manos de su creación en la seguridad de que al hacerlo todo con amor sólo amor nacerá de quien para alcanzar el cielo e integrarlo en su vida ha tenido que convertirse en su esencia, en su Ser, en AMOR.

domingo, 22 de diciembre de 2013

MAS NACIMIENTOS, MAS LUZ, MAS DHARMA: Feliz Navidad y mejor 2014

Vuelvo a elegir la  PIRÁMIDE DE POBLACIÓN como árbol para desearos a todos FELIZ NAVIDAD.

Espero que el 2014 traiga mucha consciencia, que despierte mucha gente y todos ellos sean LUZ.

Vuelvo a elegir el portal de Belén y a Jesús de Narazet como ejemplo de LUZ y despertar de la consciencia. Fue tanta la Luz de su estrella que aún hoy ilumina millones de corazones.




Elijo este año la palabra de origen sánscrito DHARMA que algunos budistas lo entienden como el CAMINO DE LAS GRANDES VERDADES para desearos en 2014 un CAMINO de Luz y Prosperidad.


viernes, 20 de diciembre de 2013

REINICIARSE como SERES ESPIRITUALES: El espíritu nace, no se hace. (XIV)



La vida espiritual, como dimensión del desarrollo humano, podría pensar uno que se aprende, que es un conjunto de teorías y herramientas, procedimientos y protocolos, experiencias y vivencias que conforman una vida espiritual. Si así fuera, como otras facetas más intelectuales de la vida, la “iluminación” estaría al alcance de todos aquellos que se aprenden la teoría y la práctica, más por la historia y la experiencia sabemos que no es así. ¿Qué falta entonces?. ¿Qué hace a la vida espiritual diferente a la mente o al cuerpo, al conocimiento y a la práctica de un deporte? .

Todo cuanto aprendamos, todo cuanto practiquemos está destinado a un fin que no es otro que el Espíritu anide en nuestro Ser, en nuestro corazón. Cuando estemos dispuestos, cuando hayamos llegado a un nivel de desarrollo propicio el Espíritu vendrá a vivir con nosotros.

Es el momento en que estaremos “conectados” con el Espíritu. Esa conexión será unas veces más intensa que otras, pero se quedará con nosotros para siempre salvo que lo expulsemos conscientemente.

Quién quiera tener una vida espiritual plena deberá esperar a que se produzca esa conexión. Es como un NACIMIENTO, un parto, en el que después de disponer mente, cuerpo y sentimientos (emociones más pensamientos), el Espíritu decide nacer en cada uno de nosotros.

El Espíritu nos trasciende y llegará cuando tenga que llegar, a veces de repente, de improviso, de manera inopinada, en otras después de años de preparación, en otras ocasiones desde el principio de nuestra existencia y en algunas al final de nuestros días, llegará cuando tenga que llegar pues es El él que decide cuando hacerlo.

Si fuera una decisión del hombre y la mujer, lo sería a nivel mental, corporal y emocional y producto de ellas y por tanto no les sería trascendente. El Espíritu es la fuerza que permite que quien lo lleva consigo se distinga por su sabiduría e inteligencia, su claridad en los consejos, su fortaleza, su manera de tratar a los hombres, a los animales, su entorno, su forma de relacionarse con quien lo creó todo, tratándolo como un verdadero padre y como una verdadera madre de todo lo que es y puede llegar a tener y conseguir en la vida.


La búsqueda consciente del Espíritu es una opción de vida. A veces llega en la pura inconsciencia, sin buscarlo, existen muchos ejemplos a lo largo de la historia, pero es la búsqueda consciente de la conexión espiritual la que llena a la vida de plenitud y luz. Se puede lograr luz y plenitud desde un nivel y disposición mental y emocional determinada sin necesidad del Espíritu, pero la luz y la plenitud serán diferentes, alcanzando solo el grado de excelencia  suma cuando en nuestra vida está presente el Espíritu. 

viernes, 13 de diciembre de 2013

REINICIARSE como SERES ESPIRITUALES: Amigos de la ideología y de las sectas. (XII)


Las ideas nos encantan, tenemos ideas a todas horas, las producimos, la expresamos, las apuntamos, las guardamos, las pensamos, las meditamos, las copiamos, ideas, ideas…ideas. Juntas todas ellas hacen lo que hemos denominado una IDEOLOGIA definidas como conjunto de ideas reunidas y relacionadas entre sí.

La ideología además es un programa y un plan de acción. Cada uno tenemos nuestras propias ideas y por ello nuestro programa de vida y plan de acción.

En la vida espiritual se presenta la misma realidad, pese a que la VERDAD es UNA, las IDEOLOGÍAS sobre ella son tantas como personas. Esta capacidad del hombre provoca que sea necesario el acuerdo y el consenso para acercar ideologías y compartirlas y como es tan difícil nos solemos conformar con nuestra propia ideología que genera nuestra particular y personal verdad, lo que se denomina “mi verdad”, en suma, lo que yo creo: “mis creencias”.

La inmensa mayoría de los seres humanos vamos por la vida con “mi ideología”, “mi verdad”, “mis creencias”.

Imaginemos que ahora llega alguien y nos pide que le entreguemos todo, la vida entera, sobre todo nuestra ideología y que la sustituyamos por la suya. Sí, así ocurre con muchas personas, que aceptan el cambio, nace lo que nuestro diccionario denomina “secta” pues en la antigua Grecia eran “sectarios” los que seguían las enseñanzas de un filósofo.

En la vida espiritual es muy frecuente la conformación de sectas (dentro de la acepción no peyorativa que posteriormente en la era moderna se le ha dado al término). Y así nos encontramos con dos grupos, los que pertenecen a una secta o los que siguen con “mi ideología”.

Los grandes maestros espirituales de la historia han conformado las grandes sectas, que aún persisten en el mundo y persistirán. A su lado un conjunto ingente de personas con “mi ideología”.

En Proyecto Hombre tienen un lema: “Sólo tú puedes, pero no sólo” y en la vida espiritual es así también. Los grandes maestros, los más admirados maestros espirituales así lo acreditan pues ellos mismo son “sectarios” (en  la vieja acepción griega del término).