Todo lo que se puede situar
fuera de la tierra es “extraterrestre”. Nos hemos acostumbrado a lo terrestre y
nuestra pequeña mente lo ha señoreado de tal forma que consideramos el mundo
exclusivamente a la tierra cuando el mundo lo es todo, lo terrestre y extraterrestre.
Lo mismo pasa con el AMOR. El AMOR lo consideramos en su dimensión terrestre y
si el AMOR es:
“El AMOR como “SABIDURIA INFINITA que nos permite
conocer la VERDAD”. Este es el AMOR del que hablamos en este Cursillo y si el
AMOR es infinito como Sabiduría, forma
parte de la eternidad y es en ella donde lograremos alcanzar su plenitud y en
la tierra la única expresión de la eternidad que tenemos es el AHORA”.
Entonces, al darle la dimensión
infinita tenemos que incluir la dimensión extraterrestre en la fórmula. El AMOR
es extraterrestre, de hecho es en la tierra la única manifestación
extraterrestre de que disponemos, y, quienes se relacionan con él suelen ser
considerados algo extraterrestres para los mortales terrestres.
Un marciano es lo que más nos
representa un extraterrestre. Un ser aformo de ojos saltones y dos raros brazos y piernas, según los casos, y la imaginación a modo de E.T. .Los marcianos
representan como nadie los seres extraterrestres. Así también como marcianos
son tratados quienes han contactado con el AMOR, como verdaderos bichos raros,
personas, hombres y mujeres extraños y de extra, a extraterrestre hay un paso.
Quien quiera alcanzar el AMOR
deberá enfrentarse al reto de abandonar la tierra para entrar en una dimensión extraterrestre.
Una relación que supera los límites de la tierra, los trasciende y contacta con
el mismo universo. El AMOR como dimensión extraterrestre en la tierra supone la
posibilidad de tomar contacto con el universo sin moverte del salón de tu casa.
Dicen que una gota de sangre
contiene todo lo que hay en el Universo. Algunos se atreven a decir que el
mismo Universo está dentro de nosotros. Lo terrestre y extraterrestre es un
concepto mental que se trasciende rápidamente para quien comienza el viaje del
AMOR. Como Colón en Salamanca tuvo que defender su tesis para alcanzar el
consenso y la autorización de lo que para entonces era la tierra, algo plano y
lineal, y para Colón lo era curvo, para muchos hombres y mujeres a lo largo de
la historia, todos ellos consideramos “marcianos” por “extraterrestres”, por “raros”,
la vida no se acaba en la tierra que pisas y te acoge, sino que cobra una
dimensión universal e infinita cuando comienzas a acercarte al AMOR.
No encontrará el hombre o la
mujer viaje más apasionante que el del AMOR. En la tierra se han abierto caminos
terrenales que son verdaderas autopistas de AMOR, como el mismo Camino de
Santiago en España, que realizado a la forma y manera que se debe enfrentar
supone una VIA LACTEA hacía el AMOR, un “encuentro en la tercera fase”, una “porta
coeli”, un redescubrimiento de lo que somos: Seres extraterrestres pues somos
AMOR y el AMOR lo es.
AMAR desde el AMOR es como
subirte a una nave extraterrestre, ser un marciano y vivir fuera de este mundo.
Tal vez, por esta razón quienes han representado en la historia el AMOR en la
tierra aún hoy en día y por muchos sean considerados de otro mundo.