Nadie lo recuerda, no conozco a nadie que
pueda expresarme en palabras la primera vez que sintió AMOR. Recordamos el
primer flechazo, el primer beso, la primera novia o novio, pero no recordamos
el primer encuentro con el AMOR. Algunos recuerdan el siguiente encuentro, es
decir, el que de manera consciente encuentra por primera vez el AMOR. El
renacer, el despertar, la resurrección, es decir, el reencuentro con lo que
somos después de años. En este proceso de despertar y renacer están y estamos
miles o millones de personas en el mundo. Pero la primera vez, el primer minuto en que
fuimos AMOR no logramos recordarlo, y es que no hay recuerdo por que no existía
el observador para registrarlo. No existía consciencia.
Registramos AMOR porque el Ser así lo
registra y lo puede verbalizar en palabras o emociones, pues en muchas
ocasiones describir en palabras el encuentro con el AMOR no es posible, son las
experiencias culmen que muchas personas hemos tenido y que te dejan marcado para
toda la vida y que no puedes describir con palabras, son solo sensaciones. El lenguaje,
por terrenal se queda pequeño, por mental, para describir lo universal por
extramental, por estar más allá de la mente.
El primer soplo de AMOR, lo define la Biblia
muy bien cuando dice que Dios, como Creador, mediante un pequeño y ligero soplo
infundió la vida en lo que solo era barro, materia. En el mundo Cristiano este
es el primer encuentro con el AMOR. A partir de ese momento la vida es le
camino para el encuentro con el Ser que nos permita contactar con el AMOR que
nos fue entregado, de que estamos hechos.
Por no ser consciente no significa que no
exista, pues existen ahora mismo millones de fenómenos de los que no somos
conscientes y que por ello no dejan de existir.
El AMOR en la preconsciencia,
en la etapa anterior a la consciencia.
LA PRECONSCIENCIA es un concepto
definido por Sigmund Freud para designar un sistema del aparato psíquico intermedio
entre los otros dos sistemas (inconsciente y consciente). El conjunto de
los tres sistemas conforma su primer modelo topográfico de la psiquis. Con este
término, Freud quiso designar un área no consciente del psiquismo humano que
debe diferenciase en sentido estricto del sistema inconsciente. Así se
lee en Wikipedia.
La palabra AMOR viene de una raíz lejana “AMMA”,
que es el producto de los balbuceos del bebé al llamar a su madre. Y esta es el
primer contacto que tenemos con el AMOR, aún no existen percepciones y filtros
mentales o emocionales, tan solo un automatismo diseñado para reclamar en el “yo”
(aún no se ha creado el ego), que no difiere del resto, pues aún no hay consciencia
de separación, la presencia de lo que considera la vida, su vida, la clave de
su existencia, que aún no puede saber o conceptualizar como madre, pero que
existe, que es la madre, que es el AMOR: protección y proveedor de vida. Esta
experiencia preconsciente es la primera sensación de AMOR que dejará sus
registros en el cuerpo psicoemocional y el cuerpo sutil.
Esa
primera AMMA será determinante para el resto de nuestras vidas sin nosotros
saberlo. Tal y como haya sido registrada por nuestro cuerpo psicoemocional y
cuerpo sutil así estará determinando nuestra vida. Su pronta o tardía atención,
la presencia o ausencia de atención a AMMA será un registro, la primera
inscripción que registremos en la vida cuando nacemos.
Imaginar
el amparo o desamparo de quienes nacen y sus primeras horas de vida discurren con madre o sin ella. Cuando el bebé
produce su AMMA se produce la respuesta en esta tierra y en función de ella
estará marcado su destino, pues la primera experiencia que registra es la
ATENCION a AMMA, al AMOR. Aprenderemos a amar en la vida pero la primera lección fue la respuesta a AMMA.
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