¿Es una emoción el amor?. La comunidad científica
llega a emplear la palabra amor para definir la neurología de lo que denomina
emociones. Entre las emociones primarias como la alegría, la tristeza, la ira,
el miedo, el hartazgo y la sorpresa, no está, si por primarias entendemos básicas.
Las emociones son respuestas automáticas,
adaptativas de carácter spicofisiológico ante una circunstancia externa o un
proceso interno (recuerdo o pensamiento). Lo que está decidiendo, (lo que
llamamos la emoción) es la respuesta más adecuada, en función de su experiencia
orgánica. Actualmente se habla de la “neurociencia
afectiva” como la parte de la ciencia o campo de investigación que estudia
las bases neuronales de los procesos emocionales que se dan en el hombre y en
los animales.
Desde este concepto, es decir, desde la
mente, tan suya para etiquetar y juzgar, podemos concluir que el AMOR es una
emoción cuando la consideramos una respuesta automática y adaptativa ante estímulos
externos (personas, cosas, animales y acontecimientos) e internos (pensamientos
y recuerdos). De su estudio vemos nuestra respuesta automática ante el ser, la
cosa o el animal amado. Introducimos entonces palabras como cariño, afecto, admiración,
adoración, pasión, entusiasmo.
Nuestra mente tranquila al reconocer el AMOR
como emoción ha considerado cuáles son sus contornos, ha fijado su mapa y
aporta la seguridad que da juzgar las situaciones ponerlas su nombre: “Esto es amor”, “Estás
enamorado”.
Pero entonces llega la experiencia. Es decir,
lo que el hombre y la mujer despierta, es decir, que ha trascendido su
identificación con la mente, experimenta en todo su ser y que su mente no puede
describir con palabras. Algunos lo han llamado el éxtasis místico. Respuesta automática
y muy temporal (por efímera que es) irrepetible pero que deja un rastro de
sentimientos que permanecen. Pero la palabra se vuelve a quedar corta.
El AMOR es una experiencia de lucidez y
sabiduría que trasciende el mapa mental, que está en el terreno de lo aún
desconocido. En esa parte de la realidad que la física cuántica manifiesta que
no percibimos y sin embargo nos rodea y envuelve.
Si como emoción la Inteligencia Emocional es
el conjunto de herramientas y habilidades que conforman la actitud de la gestión
adecuada de las emociones, en esta Inteligencia podemos encontrar las primeras
letras, los primeros rudimentos e instrumentos para gestionar un encuentro con
el AMOR por efímero y automático que sea. Es decir, al igual que podemos
provocarnos con pensamientos y el cuerpo emociones como las primarias: alegría,
tristeza, hartazgo, ira, miedo y sorpresa, podremos provocarnos una emoción
como es el amor. Quien quiera amar aprenda entonces Inteligencia Emocional como
primer paso de su formación en el CURSILLO DEL AMOR.
Podemos hablar entonces de una ESCUELA DEL
AMOR a la que todos deberíamos ir.
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