Quien no la
busca no la encuentra. Quien no la conoce no se enamora de ella. Para conocerla
hay que buscarla y para encontrarla, pues buscar no significa encontrar, hay que
saber que existe, quien busca, de alguna manera, intuye la existencia de lo
anhelado.
La Verdad
en el espíritu que somos es sólo Una. La mente podrá darnos miles de razones, y
las podrá cambiar a lo largo de la vida, el cuerpo podrá sentir diferentes
experiencias y cambiará a lo largo de la vida, pero el Ser es solo Uno en cada uno de nosotros y no cambia nunca, y esa primera certeza, nos asemeja a La Verdad,
que es UNA, como el Ser es UNO.
Conocer La
Verdad es conectarse con ella. Al conectar el SER con La Verdad, al conectar,
lo que es UNO, con lo que es UNA, se produce un camino, que va desde SER a La Verdad y es ese, y no otro el camino a
realizar, que no acaba con la muerte del cuerpo, que sólo es transito.
La vida
espiritual se convierte entonces en el manual para realizar el camino, para
estar conectados. Nos encontramos entonces con que muchas personas viven “desconectadas”
y no están realizando el camino.
Para
conectarse y realizar el camino es preciso tomar en consideración cuanto hasta
ahora hemos visto en los anteriores post del blog.
Vivir
buscando La Verdad, vivir conectado a La Verdad o vivir desconectado de la
búsqueda. En estos tres estadios podemos realizar una división para que nuestra
mente entienda la diferencia, pues todos somos iguales en el SER. No hay ni
bueno ni malo, sencillamente limitante o no limitante para sentir y conectarse con LA VERDAD.
Respira profundamente,
cierra los ojos, siente, observa, se consciente y ATENCION, ATENCION, ATENCION,
ya estás en modo búsqueda, ahora solo espera, ella vendrá a ti. ¿Cuándo?: ATENCION.
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