La inocencia, la alegría de vivir, la
capacidad de sorprendernos, la naturalidad, la espontaneidad, la sinceridad, la
candidez… pero sobre todo una actitud que pasa desapercibida y que no es otra
que la SEGURIDAD, la que le otorga la existencia de sus padres, que le genera
CONFIANZA, y esta actitud es de total abandono, el niñ@ no tiene por qué
preocuparse de nada sus padres se lo facilitan todo, el solo tiene que vivir y
vivir es un eterno juego.
Dejar
que los niñ@s se acerquen a mí de ell@s es el Reino de los Cielos. Desde hace
miles de años los mensajes son claros. El Niñ@ Interior:Esta descripción permite
que nuestro cerebro procese con facilidad la información pues todos tenemos muy claro lo que es y
representa un niñ@.
Analizar los intangibles y actitudes de un
Niñ@ por tanto es la clave. Y tratar de ser como Niñ@s es la meta.
Nuestras limitaciones empiezan por el CUERPO,
éste crece y deja de ser el cuerpo de un niñ@. Por tanto el CUERPO no es la
Estancia adecuada para albergar el espíritu de un niñ@.
Nuestra MENTE, como segunda Estancia,
evoluciona y por ello tiene experiencias, es decir, tiene pasado y proyecta a
futuro con toda la información que procesa y acumula. Comienzan las creencias
acerca de cómo es la vida, de cómo debe de ser la vida, comienzan las
experiencias dolorosas porque la realidad no es como mi mente ha programado y
ocurren acontecimientos que me producen emociones contractivas, dejando la
alegría para pocas ocasiones. Ya soy responsable, pierdo la confianza en que
mis padres me provean de todo lo que necesito, me siento autosuficiente y salgo
a la vida a “buscarme la vida”.
Nuestra ALMA es la Estancia propia para
albergar el espíritu que como tal es siempre un Niñ@.
Por tanto, si el CUERPO deja de ser el de un
niñ@ sin remedio y el ALMA, cuando es habitada, lo es por un espíritu de Niñ@,
es la MENTE la única que pude ayudarnos a traer al Niñ@ al ALMA y que
dispongamos de ese espíritu de Niñ@ que otorga la entrada, el salvoconducto al
Cielo, a la eterna felicidad.
Son nuestros pensamientos y nuestra gestión
emocional las herramientas adecuadas para encontrar a nuestro Niñ@, nuestro Ser
Esencial.
“Aceptar la realidad de buen grado”, dicen
los Budistas, “Abandonarse en las manos de Dios” dicen los Cristianos, Judíos y
Musulmanes. Volver a la CONFIANZA y la SEGURIDAD que otorga saberse hij@s. Sí,
la clave al parecer está en volver a sentirse hij@s y abandonarse en manos de
nuestros padres y aceptar todo como parte de un juego (los preferidos de los
niñ@s), el juego de la vida. Entonces nace la seguridad de que todo está bien,
que nada de lo que pasa me puede afectar, que solo tengo que amar, que basta
con que esté alegre que la vida es sentir, más que saber, que la vida es ahora
más que mañana y menos aún que ayer, que todos los demás son compañeros del
mismo juego (el juego de la vida) y que es mejor jugar que enfadarse…CUANTO más
NIÑ@ más SER, CUANTO más SER, más AMOR, cuanto más AMOR, más FELICIDAD
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