miércoles, 15 de febrero de 2017

CUARTO DIA EN LA CARCEL: La mente. ¿Còmo he llegado hasta aquí?


Son dos grupos. Uno es de internos, seleccionados en tres módulos que denominan “De Respeto” y otro de funcionarios, donde hay Educadores, Trabajadores Sociales, Psicólogos, Licenciados en Derecho o Vigilantes. Cada grupo es de no más de quince personas. Dos grupos muy diferentes. Llevan el mismo temario y las clases tratan de lo mismo, pero en poco se parecen. Hay que amoldar el lenguaje, el mensaje a cada uno de ellos.

La Mente es una continua evolución, desde su nacimiento con el cerebro reptiliano hasta el neocortex, más reciente, la transformación es continua, incluso por días, así lo acredita la Neuroplasticidad, avanzada por Ramón y Cajal cuando afirmó que podíamos ser escultores de nuestro propio cerebro. Almacena información, educación, experiencias, culturas, memoria en suma, pues cualesquiera de nosotros no somos otra cosa, desde la mente, que memoria, los recuerdos también, pero prefiero ubicarlos en el corazón, del que hablaremos más adelante. Ahora toca la mente. Y cada uno tenemos la nuestra.

Si cada individuo tiene la suya también es cierto que cada grupo presenta rasgos diferentes. Definir cada mente sería aventurado.  Puedo hablar de mis sensaciones. Mientras que en el primer grupo percibo inseguridad mezclada de expectación, en el segundo hay más seguridad y cierto escepticismo ante lo que se oye o escucha, son más exigentes con la teoría, analizan más la información que se les facilita.

Estamos todos aprendiendo a tener una MENTE DE PRINCIPIANTE y ACTITUD DE APRENDIZ básicas para aprender con eficacia. También nos entrenamos en la MENTE DEL TESTIGO, LA MENTE DEL OBSERVADOR y la MENTE COMPASIVA.

MENTE DEL TESTIGO: aprendemos a dar testimonio del presente sin juzgarlo, etiquetarlo o encerrarlo en conceptos. Para ello nos valemos de sonidos que llegan hasta nosotros en el momento de la meditación.

MENTE DEL OBSERVADOR: ejercitamos la observación desapegada, despertamos al observador que sin querer juzgar o etiquetar observa sin identificarse con lo observado. Ya sabemos que en lo observado no puede estar el observador. Nos valemos de los pensamientos para su entrenamiento. Se les observa sin identificarse con ellos. No soy lo que pienso, soy quien observa lo que pienso.

MENTE COMPASIVA: La mente no nos trata muy bien. Algunas personas no expresarían en voz alta lo que su mente les dice. Enseñar a la mente que dispone de un cuerpo al que cuidar y tratar con atención es el objetivo de esta práctica. Nos valemos de las zonas del cuerpo que nos llaman la atención con expresiones de molestia, al menos así lo interpreta la mente, y nos dirigimos a ella para estar presentes, observando, mediante la respiración consciente en dicha zona.

¿Alguna pregunta o curiosidad?. Levanta la mano el que parece del grupo de internos el de mayor edad. Sí, afirma: ¿Cómo llega un abogado entrenado en el pensamiento de leyes, una ciencia, a enseñar a vivir desde actitudes a veces tan poco científicas? . Lógicamente la pregunta no es literal pero se le acerca. La respuesta: ¿Cómo llega una persona a estar sentada aquí?

Era la pregunta del día, pues cada día que vengo a Topas me surge una pregunta. En esta ocasión es la pregunta de los que me rodean, de mi familia, de mis amigos, de Julia, de tanta gente. La cuestión: ¿Es mi pregunta?. La respuesta: Nunca lo ha sido. Jamás me lo he preguntado. Recuerdo que un día me rendí, decidí rendirme y acabar con la tensión, me abandoné al destino y en el camino deje que el agua me arrastrara cada día donde el rio de la vida decidiera. Entonces, un día apareció Él, lo hizo de tal manera, con tanta fuerza, con tal intensidad que tomé dos decisiones; la primera no hablar jamás de esa experiencia y, la segunda, seguir adelante, SIEMPRE ADELANTE.

miércoles, 8 de febrero de 2017

TERCER DIA EN LA CARCEL: El semillero.

Suelo desde hace algunos años hacer caso a lo que algunos llaman intuición, otros el “yo profundo”, el espíritu o el alma. Cuando se produce un mensaje desde esa parte de nosotros que no es mental, aunque es la mente quien la identifica y la hace consciente, suelo seguir sus indicaciones, aunque al principio no existen instrucciones precisas, no existe plan ni medios, cualquier experto de una buena escuela de negocios me diría que abandonara o me sentará a planificar. Pero al proceder de tu profundo Ser he aprendido a no hacer preguntas, me pongo en camino y manos a la obra. La experiencia me ha enseñado que los medios aparecen después. A un cristiano como yo el es fácil identificar estos momentos con la voluntad de Dios, la prueba será si sigue adelante. Hay tantas obras humanas que sin medios y sin aparente lógica de triunfo han tenido éxito y hoy son admiradas por el mundo entero, baste mencionar a la Madre Teresa de Calcuta y otros tantos fundadores de instituciones milenarias que hoy subsisten.

Así me ocurrió con la idea de ir a Topas, el Centro Penitenciario. Un día me levanté y surgió la “llamada”: sal al camino de los que están en las cárceles. Y hasta allí llegué gracias mi amigo Miguel que me facilitó las cosas. Lo demás ya lo he contado, la espera para la burocracia y la puesta en marcha gracias al entusiasmo de varios funcionarios. Al principio estaba diseñado para acudir una vez al mes y ahora voy una vez a la semana, al principio era tan solo un taller y al final estamos dando un curso.

Hoy surgió la gran pregunta, todo esto; ¿para qué? Y según iba en el coche de vuelta surgió la respuesta, más bien surgió en el patio de la cárcel al charlar con la Asesora Jurídica y la Psicóloga. Estamos formando “semillas” , semillas de esperanza y de paz. Si los internos aprenden las herramientas y las interiorizan podrán no sólo vivir en la cárcel desde otro plano y actitud, podrán enseñar a los que no acuden a las clases, pero es que además, cuando salgan de la cárcel al cumplir sus condenas, podrán llevar su experiencia y aprendizaje a sus entornos. Me di cuenta entonces del potencial de la actividad, seguí pensando, sí, ahora pensando, en lo que sería formar a internos en todas las capacidades y actitudes, enseñarles a APRENDER A DESAPRENDER PARA APRENDER, a vaciarse de creencias y llenarse de nuevas estructuras mentales, de inteligencia emocional y espiritual, a darles el conocimiento y las herramientas para alcanzar una cota más elevado en el desarrollo humano. Ellos como verdaderos apóstoles de la nueva forma de ser y estar irían luego a sus lugares de origen a sembrar entre sus parientes y amigos. El efecto multiplicador sería exponencial. Entonces capté el sentido y el porqué.
Esta toma de conciencia me esclareció el por qué y el para qué. Nuevamente al fiarme de la intuición, del mensaje de mi Ser más profundo, o de la voluntad de Dios, cada uno escoja, se ponía en marcha un proyecto trascendente de mi propia realidad y alcance, pues yo solo no podré llevarlo a cabo, es tarea de cientos, de miles de personas.

Serán los funcionarios quienes ponga en marcha las demandas ante la Administración, los que se formen y enseñen y transmitan estas enseñanzas reservadas ahora para un público selecto y pudiente. Así las cárceles se llenarán de posibles SEMILLAS de ESPERANZA. Ya no solo aprenderán a Vivir, sino que enseñarán a vivir a otros fuera de la cárcel. Estarán sembrando paz.

Cierto es que todos los internos no podrán ser SEMILLAS, lo serán quienes estén preparados para hacer el camino y dar el salto de SOBREVIVIR a VIVIR.

Que Dios me ilumine para seguir adelante, siempre adelante.

martes, 31 de enero de 2017

SEGUNDO DIA EN LA CARCEL DE TOPAS

Suelo desplazarme mucho en coche. Es lo que tiene vivir fuera de la ciudad. Paso muchas horas en ese pequeño habitáculo pues entre mis tareas es ser chofer de mis hijas para llevarlas a sus actividades educativas, deportivas y lúdicas. Desde hace años dedico esos momentos a la consciencia plena. Me gusta el silencio, si escucho la radio, la escucho, si hablo con alguien hablo con esa persona, pero si estoy solo suelo ir en silencio dando importancia al presente contemplando mis pensamientos, emociones y circunstancias, entre las que se encuentra el paisaje. Cuando el motivo de mi viaje es acudir a dar una clase de Mindfulness, suelo orar, directamente, estructuras mantras que calman la mente y me permiten ponerme en contacto con aquello que considero la fuente de la vida. Hoy iba hacía Topas en observación, llegó un mensaje, Juana, a la que asesoré sobre sus díficles circunstancias en la lucha por la guarda y custodia de sus hijos, me mandaba una foto a pie de las escalinatas del Congreso de los Diputados donde hoy acudió con sus 150.000 firmas de apoyo. La mente rápidamente comenzó a elucubrar y hacer cábalas sobre la Justicia y la Injusticia. Hoy subia un post a faceboock sobre sentirse indignado. Nuevamente puse la atención en una pregunta: ¿Para qué?, y la respuesta vino rápida, la injusticia y la justicia, la indignación, son conceptos, pensamientos y sentimientos entre las personas que iba a ver momentos después en Topas.

El primer grupo, de internos, seleccionados entre muchas solicitudes de los ingresados en los llamados "módulos de respeto", era de quince. Tan sólo pedí que tuvierran una actitud concreta, que quisieran compartir, que todo cuanto aprendieran lo fuera para facilitarlo a sus compañeros y su entorno más inmediato. Hacía mucho calor y tuvimos que abrir las ventanas. Detecto la energía del grupo por como me sienta a la garganta. Cuando es espesa, cuando tengo que beber agua y mis pensamientos fluyen con dificultad considero que la energía no es "líquida", como la denomino, es "espesa", hay que diluirla a través de movimiento, de movimientos de pensamientos y sentimientos, comienza un baile que me permite ir diluyendo la energía hasta que la siento fluida y líquida, entonces se produce un flujo que nos permite viajar hacía nuestro interior más deprisa, es el "rio de la vida".

Emoción demoninante, sorpresa, sentimiento y actitud, expectación. Comienzan a darse cuenta, se identifican con los planteamientos arquetipicos que se les plantean. Al final meditación de observación, cinco minutos. Hay que respetarse hasta en la meditación. Es una nueva experiencia. Nadie conquista el Everest el primer día y quien lo consigue estará toda su vida intentando volver a escalarlo y ese deseo es tan poderoso que impide un ejercicio adecuado y equilibrado.Bien  lo saben los jóvenes discípulos del Zen, un Satori muy prematuro puede arrastrar al joven monje a una lucha frente al deseo de volver a experimentarlo.

Segundo grupo, ocho funcionarios, Educadores, Trabajadores Sociales y un Vigilante. Diferente energía. Comienzo con la toma de conciencia de que la sabiduría que buscan ya se encuentra en ellos. Atentos van ganando terreno en la confianza de que la herramienta tiene un gran interés. Sonrisas, complicidad. Son funcionarios de Prisiones, los que tienen el privilegio de estar entre los dos mundos. Tratan con ellos a diario, su trabajo no sale en los periódicos, ni en los telediarios, son el referente de la sociedad, del Estado, para la población de internos. Pueden generar todo tipo de sensaciones, emociones y pensamientos, una mirada, un gesto, una palabra, durante años, para muchos serán un pilar fundamental para sus vidas en la prisión. Estoy comenzando a tomar contacto con el moderno "carcelero", término peyorativo y antiguo , desactualizado y por ello en desuso, funcionarios de prisiones les llamamos, pero me quedo con "Educadores" en todo lo extenso que pueda ser el término y me doy cuenta de su soledad en el castillo, el señor del castillo, las prisiones nunca son noticia de portada, ni se les menciona en los programas electorales, tan sólo sabemos de ellas por quien entra o sale si merece la pena por su fama y posición. Más a nuestro alrededor existen estas ciudades, de miles de hombres y mujeres donde día a día se intenta sobrevivir, y yo quiero, si lo digo bien, yo quiero que aprendan a vivir, esta es la razón de mi presencia. Ellos , los Educadores, son la clave de que todo se perpetue y se ancle en el sistema.

DE SOBREVIVIR A VIVIR.

Siempre Adelante

miércoles, 25 de enero de 2017

PRIMER DÍA EN LA CÁRCEL

MI PRIMER DÍA EN LA CÁRCEL DE TOPAS


J.J., 16 años en el Centro Penitenciario, se dirigió a mí al final y me entregó una nota con su nombre: “Quiero estar en contacto con usted”. P., el Presidente del Módulo 12 que me enseñó en compañía de Miguel y Marciano, ambos funcionarios, o Eva del Equipo Directivo que ha apoyado la implantación de este proyecto pionero en España gracias al compromiso de mi amigo Miguel. Hasta los cincuenta que acudieron, entre funcionarios y reclusos. Todos ellos son los protagonistas de esta historia.

Pasé por las cocinas, el Módulo 12, módulo de respeto, las aulas, el edificio sociocultural, los pasillos, las celdas, las oficinas…en fin un paseo, que por genuino y original quedará grabado en la memoria de mi vida. El momento más impactante fue cuando me subieron a la galería de las celdas, al llegar al pasillo  mi mente evaluó lo que estaba viendo y las comparó con las imágenes grabadas que sólo eran de películas, pues de ninguna otra manera tenía referencias reales de la situación. El momento fue de gran sorpresa aderezada con una pequeña, mínima, angustia de claustrofobia, que pasó al segundo, pero al estar atento pude constatar. Fue el único momento en que sentí el peso de la prisión como cárcel, como encierro y privación de libertad.

Todo comenzó por la mañana, iba en coche al Centro Penitenciario de Topas, a camino entre Salamanca y Zamora. Una cárcel moderna, como me decían los funcionarios, pues las anteriores en las que trabajaron en los años ochenta eran muy diferentes. Entré en años anteriores como Abogado, para entrevistarme con reclusos y acompañar algunos de mis clientes a entrar en prisión. En este caso, tan solo en dos ocasiones y fue una experiencia profunda e intensa, llena de emociones con sabor amargo a despedida hasta dentro de mucho tiempo. El dentro, yo fuera. Aún recuerdo el primer día que detrás de mí cerraron las puertas de seguridad con un gran estruendo, me abordó un sentimiento mezcla de miedo e inseguridad. Duró poco tiempo, unos segundos, pero son acontecimientos que se recuerdan siempre.

Según iba en el coche aproveché para hacer con el manos libres una llamada de teléfono a un amigo, su padre estaba enfermo, me entero entonces del fallecimiento días antes y nadie me había comunicado nada. Sentí tristeza y rabia. Me invadió un sentimiento tan poderoso que incluso derramé lágrimas. Nadie me había avisado, nadie me llamó por teléfono o me mandó un mensaje para informarme. Me sentí sólo, tremendamente sólo. Me enfadé con todos aquellos, que, con nombres y apellidos, iban apareciendo en mi mente, como posibles trasmisores de la noticia. Fue agudo, intenso, duró casi diez minutos de los quince que se tarda en llegar la Prisión. En principio me molesté al ver como este sentimiento, mezcla de tristeza y rabia invadía mi cuerpo y mente cuando deseaba estar sereno y tranquilo para hacer el trabajo en el Centro, dar una conferencia sobre como Mindfulness puede ayudar a la población que vive encerrada entre cuatro paredes de manera obligatoria y con una condena a sus espaldas. ¿Por qué me pasaba a mí esto en estos momentos?, fue entones cuando cambié la pregunta y me pregunté: ¿Para qué?, ¿para qué me ocurría este sentimiento? Y fue entonces cuando surgió desde el corazón un susurro, algo así como: “para que sepas como se sienten ellos”.

Calmado con la respuesta al entender que era un regalo tomé conciencia del momento y pude empatizar mucho mejor con todas las caras, todos los rostros, todos los lenguajes corporales, las miradas y los gestos de más de cincuenta personas con las que me crucé y me escucharon. Al final de mi intervención que duró una hora les conté la experiencia como ahora lo hago cono los lectores de este blog.

Durante las próximas semanas iré relatando la experiencia de convivir con 15 reclusos que se formarán para ser FACILITADORES de Mindfulness entre sus compañeros y poder, en su día, montar un Aula de Paz, la primera en España.

De “SOBREVIVIR A VIVIR” es el título que le hemos puesto a la experiencia que comenzamos hablando de tres personajes históricos VIKTOR FRANKL, NELSON MANDELA y MAXIMILIANO KOLBE, quienes padecieron cautividad y emplearon diferentes técnicas, hábitos y actitudes para afrontar su encierro. Los dos primeros lograron sobrevivir, el último no, pero en su caso existió un motivo, ofreció su vida para ser exterminado en la cámara de gas de un campo de concentración nazi a cambio de la de un padre de familia, pues era sacerdote.

Un día como el del martes 24 de enero de 2017 se dan poco en la vida. Dejé reposar “las lentejas” (quienes me siguen saben a qué me refiero, sobre todo mis alumnos) y que se posaran debidamente, pues ayer estaba muy contaminado con la emociones. Hoy en la serenidad que da el “poso” y el paso del tiempo puedo afrontar ahora el presente relato.

SIEMPRE ADELANTE.


viernes, 15 de enero de 2016

VIDA ESPIRITUAL EN EL SIGLO XXI (IX):EL PLAN: Un Viaje: El Ahora.




Toda cuanta medida del tiempo podamos hacer siempre se hace desde el ahora. Toda cuanto vida queramos tener se hace desde el ahora, todo cuanto hagamos en la vida ocurrirá, ha ocurrido y ocurre en el ahora. El ahora es la gestión del tiempo que controlamos, sobre la que tenemos el absoluto poder. Sin poder cambiar el pasado o programar el futuro, el presente, es nuestra única arma, y dentro del presente el ahora, el momento justo en el que me doy cuenta de que respiro y vivo, pienso y siento.

Siendo de formulación y diseño tan sencillo se presenta muy difícil para la mente la gestión del ahora. El cuerpo siempre está en el ahora, no se pude teletransportar. Las emociones vienen y van y nunca permanecen más allá del tiempo para el que están programadas. Son los sentimientos asociadas a las emociones los que logran quedarse con nosotros un mayor tiempo, como los recuerdos. Pero tanto unos, como otros, se desarrollan en el ahora pese a que tengan su origen en el pasado.

El ahora es un gran campo de observación. Nada de lo que se haya descubierto en el pasado y de lo que se descubra en el futuro dejará de ocurrir en el ahora mientras era observado Por tanto, si queremos descubrir algo en la vida, y en nuestra propia vida, debemos fomentar la observación en el momento presente, en el ahora.

Esta técnica de estar presente en el ahora, de ser un observador avezado y suspicaz, requiere un entrenamiento específico. El primer objetivo de este entrenamiento es evitar las fugas. Las fugas las provoca la mente que pretende que viajemos en el tiempo, al futuro o al pasado, en busca de sentidos, significados, juicios, sensaciones, palabras, recuerdos, sentimientos…, todo cuando sea memoria, pues la mente es analítica y el objeto de su análisis no es otro que la realidad, a la que compara con lo que ya sabe, y lo que ya sabe es lo que denominamos: Memoria.



Es nuestra memoria nuestra peor enemigo para la gestión del ahora. No saber nada, no tener memoria es la garantía segura de que la mente comenzará en ese justo instante a tomar nota de cuanto ocurre para aprender y comenzar a tenerla. Esta función puede generarse con una cualidad que denominamos de “mente de principiante”, una “actitud de aprendiz” y la  capacidad de sorprenderse. Todas ellas son necesarias para que podamos enfrentarnos al momento presente con curiosidad, con la curiosidad de un niño, que es quien por primera vez toma conciencia de una experiencia y su mente le permite que preste todos los sentidos a lo  que le ha llamado la atención y es objeto de observación en ese instante.


En la vida espiritual esta mente, actitud y capacidad son como el aire, el sol y el agua para la vida sobre la tierra. Quien se disponga a iniciar el camino de la vida espiritual deberá establecer un plan formativo para ir avanzando en la gestión del ahora mediante el entrenamiento de una mente de principiante, una actitud de aprendiz y el desarrollo de una capacidad de sorprenderse a cada instante. Cualquier momento de la vida, cualquier instante, cualquier tarea se presenta idónea para practicar la observación del ahora en lo que denominamos la observación consciente y desapegada de la que hablaremos otro día. Ahora toca finalizar.