domingo, 30 de noviembre de 2014

Un Cursillo de Amor: “El amor ha muerto"



Una de las experiencias más cercanas que tenemos con el amor es su muerte. Se produce cuando consideramos que el sentimiento ha llegado a su fin, que ya no tengo nada con el otro, que todo ha desaparecido y que yo, por fin, en algunos casos, no amo.

Todos tenemos listas de personas a las que amamos un día y ya no.

Esta creencia de que el amor ha desaparecido parece que guarda cierta realidad cuando sentimos profunda indiferencia hacía quien amamos, pues lo contrario del amor es la indiferencia.

La indiferencia como sentimiento tiene mucho de memoria. Nuestras memorias pueden hacernos creer que ya no recordamos ni su nombre y por tanto poco o nada tengo que ver con esa persona. Más cuando de pronto aparece en nuestra vidas de frente y en presencia física algo se mueve dentro de nosotros, se trata del recuerdo, que, en el corazón ha permanecido en silencio y a oscuras hasta que quien lo representa aparece en nuestras vidas somatizándose respuestas que, incluso como reacciones, no controlamos.

El amor deja una huella en el corazón profunda que permanecerá toda la vida. Quien vive de recuerdos perderá el presente, más estará en contacto con esas profundas simas de escondidos recuerdos que la mente no quiere reconocer como parte de lo que somos, pues todos cuantos aparecen en nuestras vidas tienen un por que y un para que. Vienen a aportar experiencias, son grandes, medianos y pequeños maestros que aportan su sabiduría de manera inconsciente y que nos transforman, incluso, profundamente.

Estamos hechos de AMOR y cuantas relaciones de amor tenemos contribuyen al intercambio de experiencias necesarias para seguir nuestro camino. Ningún encuentro es al azar. Como  dicen: “El Maestro aparece cuando el alumno está preparado”.

La consciencia en el AMOR nos aporta la consciencia en la sabiduría de lo que está ocurriendo en cada momento y por ello sabemos que el amor nunca muere, sino que pasa a ser un archivo emocional, un mapa mental, un código somático que bien registrado puede traer a presente a cualquier persona y cualquier amor. El amor consciente permite registrar en todo nuestro sistema de mente, cuerpo y emociones las necesarias pistas para volver a él cuando lo deseemos.


Más quien cree que ha olvidado sencillamente niega con la mente lo que el corazón afirma en silencio.

viernes, 21 de noviembre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: El "sexomor"


Si se permitiera crear una palabra podría ser “sexomor” y la definiría como el conjunto de creencias, consecuencias biológicas y decisiones posteriores que de manera no consciente se producen en el hombre y la mujer el deseo sexual o dicho de otro modo cuando el deseo sexual inhibe valores esenciales del hombre y la mujer. Este tema por general y cotidiano suele ser una parcela de nuestra vida de la que no toleramos hablar y que si lo hacemos solemos de manera automatizada desacreditar a quien no tiene el mismo sentido y perspectiva que nosotros. Es un tema tabú en muchas ocasiones, en otras es el tema que está presente en el lenguaje y las conversaciones de manera permanente y recurrente. El sexo es una poderosa herramienta a disposición del hombre y la mujer desde el inicio de los tiempos y del que existe acumulada mucha ciencia y sabiduría pero poca consciencia.

El “sexomor” no es amor, ni es sexo. Es un conjunto de creencias mentales alimentadas por deseos, emociones y pura química, de tal calibre y poder que toman el poder de nuestra vida de una manera determinante y ciegan cualquier posibilidad de alternativa. La vida para  es tan como la vemos a través del “sexomor” y normalmente dominados por impulsos automatizados de tomar, que no dar.

El “sexomor” toma, su función es tomar. En este sentido el dar suele estar inhibido aunque forme parte del juego que posteriormente se desencadena.

Las memorias reactivas provocan la aparición de reacciones biológicas de manera rápida poniendo al hombre y la mujer sobre una plataforma en la que lo que se ha denominado a lo largo de la historia “deseo” se antepone a cualquier consideración mental y menos aún espiritual. Sencillamente el mecanismo se ha puesto en funcionamiento anulando la consciencia. El “sexomor” está exento de consciencia, es automático.

En sabidurías milenarias y de todas las partes del mundo se sabe que el “sexomor” anula completamente la dignidad del hombre pues elimina la consciencia, lo que es lo mismo, la libertad. Quien no es consciente no puede tomar las decisiones para responder, sencillamente nuestra capacidad volitiva ha quedado anulada al entrar en funcionamiento “sexomor” que toma el poder y control de todo. Quien la experimenta suele también percibir y sentir que domina su vida y es totalmente libre y que lo que hace lo hace en plena libertad, es decir, totalmente consciente. Y de esta creencia no se la saca nadie.

Cuando “sexomor” aparece en nuestras vidas lo hace para que aprendamos, como todo. Cuando se ancla en nuestras vidas de manera permanente es cuando perdemos la posibilidad de la comparación entre estados de consciencia  diferentes, es decir, no tenemos contraste. Al no tener contraste no podemos percibir con claridad y precisión ambos estados, es decir, la consciencia en el sexo y la inexistencia de consciencia en el sexo. De ahí que quien aún desarrolla su vida desde “sexomor” considere que todo lo que le ocurre lo ha decidido en plena libertad.

El amor es consciencia y el amor por ello es libertad. El AMOR es la VERDAD y es la VERDAD la que nos hace libres. La VERDAD es CONSCIENCIA. 


¿Cómo andamos de “sexomor”? Sólo tenemos que observar el nivel de consciencia y reacciones que la lectura de este texto haya provocado pues existen niveles diferentes de “sexomor”, cada uno tenemos el nuestro.

viernes, 14 de noviembre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: El primer AMOR.



Nadie lo recuerda, no conozco a nadie que pueda expresarme en palabras la primera vez que sintió AMOR. Recordamos el primer flechazo, el primer beso, la primera novia o novio, pero no recordamos el primer encuentro con el AMOR. Algunos recuerdan el siguiente encuentro, es decir, el que de manera consciente encuentra por primera vez el AMOR. El renacer, el despertar, la resurrección, es decir, el reencuentro con lo que somos después de años. En este proceso de despertar y renacer están y estamos miles o millones de personas en el mundo.  Pero la primera vez, el primer minuto en que fuimos AMOR no logramos recordarlo, y es que no hay recuerdo por que no existía el observador para registrarlo. No existía consciencia.

Registramos AMOR porque el Ser así lo registra y lo puede verbalizar en palabras o emociones, pues en muchas ocasiones describir en palabras el encuentro con el AMOR no es posible, son las experiencias culmen que muchas personas hemos tenido y que te dejan marcado para toda la vida y que no puedes describir con palabras, son solo sensaciones. El lenguaje, por terrenal se queda pequeño, por mental, para describir lo universal por extramental, por estar más allá de la mente.

El primer soplo de AMOR, lo define la Biblia muy bien cuando dice que Dios, como Creador, mediante un pequeño y ligero soplo infundió la vida en lo que solo era barro, materia. En el mundo Cristiano este es el primer encuentro con el AMOR. A partir de ese momento la vida es le camino para el encuentro con el Ser que nos permita contactar con el AMOR que nos fue entregado, de que estamos hechos.

Por no ser consciente no significa que no exista, pues existen ahora mismo millones de fenómenos de los que no somos conscientes y que por ello no dejan de existir. 

El AMOR en la preconsciencia, en la etapa anterior  a la consciencia.

LA PRECONSCIENCIA es un concepto definido por Sigmund Freud para designar un sistema del aparato psíquico intermedio entre los otros dos sistemas (inconsciente y consciente). El conjunto de los tres sistemas conforma su primer modelo topográfico de la psiquis. Con este término, Freud quiso designar un área no consciente del psiquismo humano que debe diferenciase en sentido estricto del sistema inconsciente. Así se lee en Wikipedia.

La  palabra AMOR viene de una raíz lejana “AMMA”, que es el producto de los balbuceos del bebé al llamar a su madre. Y esta es el primer contacto que tenemos con el AMOR, aún no existen percepciones y filtros mentales o emocionales, tan solo un automatismo diseñado para reclamar en el “yo” (aún no se ha creado el ego), que no difiere del resto, pues aún no hay consciencia de separación, la presencia de lo que considera la vida, su vida, la clave de su existencia, que aún no puede saber o conceptualizar como madre, pero que existe, que es la madre, que es el AMOR: protección y proveedor de vida. Esta experiencia preconsciente es la primera sensación de AMOR que dejará sus registros en el cuerpo psicoemocional y el cuerpo sutil.

Esa primera AMMA será determinante para el resto de nuestras vidas sin nosotros saberlo. Tal y como haya sido registrada por nuestro cuerpo psicoemocional y cuerpo sutil así estará determinando nuestra vida. Su pronta o tardía atención, la presencia o ausencia de atención a AMMA será un registro, la primera inscripción que registremos en la vida cuando nacemos.


Imaginar el amparo o desamparo de quienes nacen  y sus primeras horas de  vida discurren con madre o sin ella. Cuando el bebé produce su AMMA se produce la respuesta en esta tierra y en función de ella estará marcado su destino, pues la primera experiencia que registra es la ATENCION a AMMA, al AMOR. Aprenderemos a amar en la vida pero la  primera lección fue la respuesta a AMMA.

viernes, 7 de noviembre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: El desamor.



El desamor. Tremenda palabra, más aún el sentimiento que se genera  con emociones como la ira, la tristeza y el miedo.

Si el AMOR es el todo. ¿El amor tiene que ser la nada?. Lo contrario al amor no es el odio, es la indiferencia. La falta de amor la denominados indiferencia.

El desamor es un sentimiento muy complicado de describir, pues es un sentimiento tan poderoso, con pensamientos obsesivos, rumiantes y circulares, mezclados con emociones que pueden ir desde la tristeza, pasando por la ira, hasta el miedo y el hartazgo, todo menos la alegría. Experimentar desamor es la prueba más contundente de que necesitas AMOR.

En el desamor los apegos y los deseos juegan un papel determinante. Si antes del momento de sentirnos abandonados no hemos gestionado adecuadamente en nuestras vidas los apegos y los deseos, estos se desbordan y son los responsables de lo que nos ocurre. Dicho de otro modo, si no hemos aprendido a ACEPTAR para dar respuestas conscientes, nos encontramos con que de manera inconsciente estamos automatizando la respuesta antes un hecho tan doloroso como es sentirse no querido, rechazado.

Al ser un sentimiento solo de mi depende.  Sólo yo tengo dentro de mí los recursos que pueden invertir el proceso y devolverme el sentimiento de AMOR, profundo que somos.

Nuestra sociedad ha considerado y considera “normales” determinados procesos de duelo o pérdida, apoyando y acompañando a personas en procesos de desamor durante un período de tiempo, más si ese tiempo, que se considera la “normalidad” se sobrepasa, entonces, los que antes consideraban normal el proceso lo comienzan a considerar “anormal”, impropio.

El proceso reeducativo en el AMOR, es decir, volver al AMOR que somos, nace de una creencia de no merecimiento y de la necesidad de que el AMOR lo tengo que encontrar en otra persona, lo que se ha denominado la “media naranja” y salimos al mundo en su busca. Y es más, si los demás no me dan AMOR y si la persona elegida no me da AMOR  entonces siento el profundo desamor de no sentirme querido. Descrito de esta manera, nos percatamos de que se trata de un problema de lo que denominamos “AUTOESTIMA”.

Realmente se trata de que no sabemos, no nos han ayudado a sentirlo y no nos ha explicado y enseñado, y menos aún aprendido, pues es de lo que se trata, de aprender, lo que es el AMOR.

El AMOR es nuestra naturaleza. Somo seres de AMOR en una aventura terrena, en una dimensión mental y cerebral de la existencia. Pero ese AMOR tiene otras aventuras menos tangibles que hemos identificado como espirituales porque no se pueden tocar y ver, tan solo experimentar.

El DESAMOR no es más que la incompetencia del AMOR como Sabiduría. Es la prueba palpable de que no hemos trascendido el nivel mental y emocional de la existencia, en él nos hemos quedado y no hemos accedido a la Sabiduría.

El AMOR como “SABIDURÍA INFINITA que nos permite conocer la VERDAD”. Este es el AMOR del que hablamos en este Cursillo y, por tanto, el DESAMOR es la expresión de una incapacidad, una incompetencia, totalmente corregible, tal vez no en el tiempo, pero si en la eternidad. Pues si el AMOR es infinito como  Sabiduría, forma parte de la eternidad y es en ella donde lograremos alcanzar su plenitud y en la tierra la única expresión de la eternidad que tenemos es el AHORA.

El desamor se ancla en el pasado con apegos y se dispara al futuro con deseos. Con ansiedad y depresión, con exceso de pasado y de futuro, la mente impide al hombre y la mujer en desamor vivir el ahora, vivir la eternidad, encontrar el AMOR, encontrar la SABIDURÍA.

El proceso de desamor puede ser acompañado (“Tu puedes pero no solo”) para que durando lo que tenga que durar se convierta en un aprendizaje. Y en este recorrido y aprendizaje trascendamos pensamientos y emociones y desde el AHORA contemplemos nuestra verdadera naturaleza y esencia. Para muchos será un trabajo arduo, pero todos cuanto lo han desarrollado (un trabajo de Desarrollo Personal), relatan con  alegría, mucha alegría que merece la pena, que merece mucho la pena, pues al final del camino está el AMOR, la fuente de agua viva, el manantial que no se agota, la luz que no se apaga.

sábado, 1 de noviembre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: “El saboteador del corazón roto”


En muchas ocasiones será necesario que nos partan el corazón para que nos fijemos en él. Educamos desde la mente, en el corazón se han educado pocas personas. Nos enseñan a resolver problemas desde la mente, incluso los sentimentales. El resultado de esta educación es evidente a los ojos de la historia y por la evaluación del presente. Pero no vayamos mucho más allá de nuestra propia vida y la de nuestra familia o personas que nos rodean para realizar un balance de la educación mental. Educar con la mente y desde el corazón es el paradigma al que estamos llamados por todos cuantos, en todas las partes de la tierra han trascendido la mente y han alcanzado cotas insospechadas de sabiduría y otros miles, todos estos anónimos, que lograron igualmente trascender la educación absolutamente mental y aplicaron a su vida anónima cotas de desarrollo espiritual insospechadas y de los que si indagamos un poco en nuestra familias y entorno encontramos ejemplos.

Tener un “corazón roto” se ha identificado con un desgarrador sentimiento de pérdida que coloca el fenómeno en el mundo de los sentimientos y por ende de los sentimentales. En un mundo primeramente muy corporal (la ley del más fuerte), posteriormente mental (la ley del más listo) los sentimentales no tenían sitio. Permitirse tener el “corazón roto” y trabajar el sentimiento que tal situación provocaba no ha sido posible hasta el siglo XX para la inmensa mayoría de la población, más aún quedan muchas personas que siguen con la creencia de que no se pueden permitir sentir determinados sentimientos.

El “corazón roto”. ¿Por qué se sitúa el dolor en el corazón?. Si somos tan mentales y todo está en la mente, como todos creemos a pie juntillas, siendo la creencia más poderosa sobre la tierra, ¿por qué hablamos del “corazón roto”?, ¿por qué me rompes el corazón? ¿por qué me has roto el corazón?...Esta pista de nuestro lenguaje nos es baladí. El corazón se rompe. El corazón tiene razones que la razón no entiende.

Si somos capaces de reconocer que hay situaciones, personas o circunstancias que nos rompen el corazón, ¿cómo no somos capaces de prestarle la atención debida?.

Alguno estará pensando que se trata de una forma de hablar, que no es literal. Esta ha sido la trampa que la mente ha creado para que no permanezcamos atentos a otros fenómenos que la mente considera sus enemigos y así, no prestamos atención al cuerpo salvo cuando la mente lo utiliza, pues la considera su siervo, no prestamos atención al corazón pues la anula completamente, no prestamos atención al entorno, circunstancias y universo pues la trasciende, y encerrados en nuestras mente creemos que todo cuanto existe sobre la tierra es lo que nuestra mente es capaz de entender y comprender y que no hay más. Y si así fuera, la mente de los romanos seguiría existiendo, la de los griegos, egipcios, mayas, judíos, chinos o aztecas, más todas esas mentes, todas esas maneras de pensar han sido trascendidas, por cuanto existe mucho, ¡pero mucho más de lo que la mente puede percibir!. Hemos conservado lo útil y necesario y hemos ampliado nuestro mapa. Y recordemos que el mapa no es el territorio.

El “corazón roto” podrá ser un recurso literario y descriptivo de sentimientos fantástico para poner palabras a lo que sentimos. Encerradas en esas palabras, “corazón roto”, se encuentra una sabiduría que pocos han alcanzado, pues pocos se ha atrevido a traspasar el sentimiento, sosteniéndolo con serenidad y paz y preguntándose ¿PARA QUÉ?.

Cuando tengamos la sensación de tener el “corazón roto” se trata de dejar la mente a un lado, poner el foco en el cuerpo y dejar que surja de nuestro interior la información, la valiosa comprensión y toma de conciencia que solo nos sirve a cada uno de nosotros y con ella sostenida en una respiración consciente preguntarle el ¿para qué? y dejar que esa sabiduría del corazón nos entregue el preciado mensaje. Más la mente intentará y mil veces intentará sabotear el proceso, sabotear todo cuanto ocurra en el proceso del “corazón roto”, pues sabe y reconoce que lo que aparezca cambiará creencias y nos hará trascender y evolucionar, salir de la zona de confort que la mente ha creado para nosotros generando la creencia de que más allá, no hay nada.


Si tenemos la experiencia de un “corazón roto” hemos sido bendecidos con la posibilidad de trascender, hemos sido llamados a superarnos. Si la mente no te deja entenderlo has encontrado al saboteador, te invito a que te quedes un rato con este personaje y le hagas una serie de preguntas, si así lo haces descubrirás rápidamente el engaño. Pregúntale a tu mente por qué no te deja estar con el dolor y si es que ella ya sabe que hay detrás del dolor del “corazón roto” para evitarlo, cuándo ha estado tu mente allí que no hayas estado tú con ella, o es que tu mente tiene vida propia y puede tener vivencias sin ti. Pregúntale entonces quien se lo ha enseñado, o por qué lo sabe. Pregúntale por qué no se atreve a experimentarlo por sí misma, por qué no lo experimentáis juntos y salís de dudas. Se consciente de sus respuestas. Estate presente en las preguntas y tomarás conciencia de que solo se trata de una creencia mental que mantiene la zona de confort. Por último pídele permiso para estar con el “corazón roto” un rato y si es necesario ordénaselo con un pequeño y amoroso gesto de autoridad. Atrévete a descubrir, atrévete a explorar, atrévete a seguir adelante, siempre adelante en el conocimiento de lo que eres, incluso con el “corazón roto”. 

viernes, 24 de octubre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR:El Entrenador



Hoy en día un Coach o un Mentor son los profesionales más demandados cuando no existen más que metas que cubrir. Si además de metas hay lo que denominamos “problemas” entonces aparece el terapeuta figura también muy requerida y adecuada para afrontarlos. El que aún no ha cuajado es el Educador, pues aún tenemos relegada esa figura a los profesionales de la educación reglada, (la educación que ofrece el Estado de carácter obligatoria), pero ya van llegando a las escuelas y colegios la demanda de Educadores Transpersonales y de Inteligencias Múltiples que doten a nuestros hijos y jóvenes de habilidades y herramientas que les potencien más allá del mero conocimiento “lógicolinguisticomatemático” y se demanda una educación en valores, se dice.

En el AMOR como Sabiduría, de igual manera, requerirá un Educador, un Mentor, un Coach y un Terapeuta, dependiendo en qué fase de la vida nos encontremos y a que nos enfrentemos. Alguno se estará preguntando donde están los padres en este proceso, pues los padres son educadores, mentores, coach y terapeutas del AMOR durante toda su vida, más si ellos tuvieron carencias formativas y experienciales y además durante su vida se presentan circunstancias y momentos contractivos para ellos mismos, es lógico pensar que los padres tendrán la necesidad de asistencias. Las asistencias serán el apoyo de todos aquellos profesionales que acudirán al entorno familiar y personal para potenciar los procesos de crecimiento y desarrollo en el AMOR.

La diferencia de cada uno de los “entrenadores”:

El Educador está preparado y dotado del conocimiento y la sabiduría, conoce las herramientas y habilidades y tiene dotes pedagógicas para trasmitir el conocimiento con carácter general.

El Mentor ha pasado por un proceso determinado que conoce muy bien, no solo de manera teórica, sino práctica y experiencial, y sabe como trasmitir su experiencia al que en estos momentos atraviesa por el mismo campo o se enfrenta al mismo reto pudiendo realizar un acompañamiento de carácter técnico.

El Coach acompañará en la búsqueda de metas concretas en la vida a todo aquel que se plantee retos y quiera emprender un camino en el que el Coach aportará hábilmente los interrogantes que provoquen en quien requiere sus servicios las toma de conciencia precisas para seguir adelante.

El Terapeuta es aquel que ha pasado por vicisitudes concretas y determinadas de la vida, conoce caminos y atajos y asiste a quien le reclama para poder tomar conciencia del pasado, de lo que ocurrió y lo que ocurre en la vida. Dotado de sabiduría y experiencia, acompañará con su escucha y atención el proceso de quien necesita hacer un parón en el camino para tomar aliento, descansar y retomar con fuerza la marcha hacia adelante.

Una misma persona puede ser Educador, Mentor, Coach y Terapeuta, de hecho a lo largo de la historia han existido grandes Maestros: Los Maestros de la Sabiduría del Amor. Si te encuentras alguno en tu vida atrápalo un rato pues has encontrado un tesoro. Los Maestros dejan tal huella que perdura en la historia hasta nuestros días y su mayor tesoro no son sus obras sino el relato de sus obras y sus propias palabras. Lo que hicieron fue el fruto maduro de su presente, sus palabras son el fruto maduro de cada presente. Sus palabras trascienden la historia y se enganchan a la eternidad y por eso aún hoy nos maravillamos de sus palabras.

El Maestro aparece cuando el alumno está preparado.

Mientras aparece en nuestras vidas el Maestro, si queremos avanzar es mejor hacer el camino acompañado. En el amor como sentimiento, del que nos ocuparemos en otro momento, buscamos “la pareja”. El AMOR como “SABIDURIA INFINITA que nos permite conocer la VERDAD” requerirá siempre una pareja muy especial y preparada para realizar el acompañamiento y entrenamiento. Durante muchos siglos fueron los curas o sacerdotes, brujos y chamanes los que acompañaban en el proceso de la búsqueda y encuentro del AMOR. Hoy tenemos a nuestra disposición grandes profesionales, en todos los ámbitos, religiosos o no, existen personas preparadas para hacer de acompañantes durante un trecho del camino. TU PUEDES, PERO NO SOLO.


viernes, 17 de octubre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: ¿Cómo se entrena?


Si puedo repetir y repetir y genero un hábito, que repetido genera una costumbre, que repetido genera un carácter, tengo en mis manos el instrumento más potente que existe sobre la tierra, pues puedo cambiar. Solo tengo que ponerme en marcha y comenzar lo que algunos denominan un entrenamiento.

Los entrenamientos vienen del deporte donde encontraron la manera de hacer del cuerpo máquinas perfectas para cualquier meta. Las actitudes propias de un campeón se estudiaron y dieron lugar al tan famoso Coaching. Del deporte saltó a la empresa y del mundo de los negocios y las ventas al desarrollo personal. En este punto en el que nos encontramos, es decir, en el desarrollo personal, encontramos entrenamientos orientados a muchas metas, que es la finalidad del Coaching, conseguir una meta.

¿Cuál sería la meta de un proceso de coaching orientar al AMOR?
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Los Coach sabemos, es lo primero que aprendemos, que definir META es la clave del proceso.
La Meta para alcanzar al AMOR requiere la previa definición del AMOR por el cliente del coach.
En este blog lo hace unas semanas nos expresamos así:

El AMOR de este cursillo es LA SABIDURIA INIFITA que permite conocer la VERDAD. Analicemos entonces la frase, que se las trae:
LA: Sí, la única que nos acerca al AMOR.
SABIDURIA: Sí, conjunto de herramientas, conocimientos, experiencias…
INFINITA: Si el AMOR lo es su SABIDURIA también.
PERMITE: Sin la sabiduría no es accede a la VERDAD.
 VERDAD: Solo puede ser una.

Por tanto, definido el AMOR como “SABIDURIA INFINITA que nos permite conocer la VERDAD”, tenemos un problema, pues la META establecida no es medible, específica, establecida en un tiempo y alcanzable, pues sencillamente el término INFINITA la descoloca y hace imprecisa la definición de ÉXITO, palabra clave en el proceso de COACHING.

Sin descartar que el Coaching es un entrenamiento eficaz para alcanzar un carácter tendremos que tener presente que en un momento determinado tendremos que abandonar esta “nave” para ponernos en contacto con una herramienta o proceso que goce de la dimensión INFINITA.

Para relacionarnos con lo INFINITO nada mejor que hacerlo con todo aquello que no es certeza, pues es FINITO, es decir, todo lo que se y creo (el MAPA de mi vida como diría la Programación Neurolingüística) y, el mapa, no es el territorio. Por tanto se trata de aventurarse a lo desconocido. Para aventurarse a lo desconocido lo mejor es contar con alguien que ya haya estado ahí, es decir, donde yo no he estado.

Si definimos el mapa de cada uno como la PERSONALIDAD propia, lo que está más allá sería o lo extrapersonal o lo transpersonal. Todo lo extrapersonal nos es ajeno, son fenómenos de los que podemos aprender pero están fuera de nosotros, los observamos con los sentidos y nos provocan pensamientos y sentimientos y desde ahí adquirimos sabiduría, más están encerrados en las claves de tiempo y espacio y de ahí que resulten finitos, pero amplían el mapa y en este sentido son muy válidos. Hay quien se pasa la vida provocando experiencias extrapersonales para aprender. Más todo lo transpersonal nos es propio, nos ocurre cuando dejamos de hacer, cuando pasamos del modo “hacer” al modo “ser”, entonces comienza un viaje interior que reportará tomas de conciencia y aprendizajes mediante comprensiones profundas y que solo a nosotros, como únicos protagonistas me afectan, inspiran y alcanzan y que si bien suceden en un espacio y tiempo, como todo lo extrapersonal, alcanzan dimensiones desconocidas al ir más allá de lo que lo que pienso que soy y acercarse a lo que realmente soy.


El mejor entrenamiento para realizar este proceso es la EDUCACION TRANSPERSONAL, y que mejor que un COACH EN EDUCACION TRANSPERSONAL para llevarlo a cabo.

viernes, 10 de octubre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: Como emoción: La escuela del Amor y la Inteligencia Emocional.


¿Es una emoción el amor?. La comunidad científica llega a emplear la palabra amor para definir la neurología de lo que denomina emociones. Entre las emociones primarias como la alegría, la tristeza, la ira, el miedo, el hartazgo y la sorpresa, no está, si por primarias entendemos básicas.

Las emociones son respuestas automáticas, adaptativas de carácter spicofisiológico ante una circunstancia externa o un proceso interno (recuerdo o pensamiento). Lo que está decidiendo, (lo que llamamos la emoción) es la respuesta más adecuada, en función de su experiencia orgánica. Actualmente se habla de la “neurociencia afectiva” como la parte de la ciencia o campo de investigación que estudia las bases neuronales de los procesos emocionales que se dan en el hombre y en los animales.

Desde este concepto, es decir, desde la mente, tan suya para etiquetar y juzgar, podemos concluir que el AMOR es una emoción cuando la consideramos una respuesta automática y adaptativa ante estímulos externos (personas, cosas, animales y acontecimientos) e internos (pensamientos y recuerdos). De su estudio vemos nuestra respuesta automática ante el ser, la cosa o el animal amado. Introducimos entonces palabras como cariño, afecto, admiración, adoración, pasión, entusiasmo.
Nuestra mente tranquila al reconocer el AMOR como emoción ha considerado cuáles son sus contornos, ha fijado su mapa y aporta la seguridad que da juzgar las situaciones  ponerlas su nombre: “Esto es amor”, “Estás enamorado”.

Pero entonces llega la experiencia. Es decir, lo que el hombre y la mujer despierta, es decir, que ha trascendido su identificación con la mente, experimenta en todo su ser y que su mente no puede describir con palabras. Algunos lo han llamado el éxtasis místico. Respuesta automática y muy temporal (por efímera que es) irrepetible pero que deja un rastro de sentimientos que permanecen. Pero la palabra se vuelve a quedar corta.

El AMOR es una experiencia de lucidez y sabiduría que trasciende el mapa mental, que está en el terreno de lo aún desconocido. En esa parte de la realidad que la física cuántica manifiesta que no percibimos y sin embargo nos rodea y envuelve.
Si como emoción la Inteligencia Emocional es el conjunto de herramientas y habilidades que conforman la actitud de la gestión adecuada de las emociones, en esta Inteligencia podemos encontrar las primeras letras, los primeros rudimentos e instrumentos para gestionar un encuentro con el AMOR por efímero y automático que sea. Es decir, al igual que podemos provocarnos con pensamientos y el cuerpo emociones como las primarias: alegría, tristeza, hartazgo, ira, miedo y sorpresa, podremos provocarnos una emoción como es el amor. Quien quiera amar aprenda entonces Inteligencia Emocional como primer paso de su formación en el CURSILLO DEL AMOR.


Podemos hablar entonces de una ESCUELA DEL AMOR a la que todos deberíamos ir.

viernes, 3 de octubre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: AL AMOR PROPIO


“Tener amor propio” es un término que al menos en mi entorno familiar era usual en mi  infancia y juventud. Si no tenías “amor propio” era como si te faltara la gasolina para tirar para adelante. Las faenas, trabajos y tareas había que hacerlas, “por amor propio”, sin esperar recompensa, solo por el hecho de hacerlas bien.

“Hacer las cosas bien hechas” era otro paradigma familiar. Todo lo que se emprendía había que terminarlo por el afán de hacer las cosas bien hechas. Un trabajo bien terminado es expresión de amor.

Ambos paradigmas analizados por la mente y la razón se convierten en dos tiranos de la libertad, represores  y limitantes, pues más bien tenemos la tendencia a justificar cualquiera de nuestros actos de manera automática, sean cual sean, y más aún si éstos se alejan de nuestros valores y esencia. Y en este proceso todo lo que parezca que nos produce dolor los desechamos. Si no hago las cosas bien o no las termino será porque  que alguna circunstancia externa o porque me ha dado la gana. Aparece en el lenguaje esa expresión muy de los niños: “Es que….”. Nos justificamos y encontramos la razón del aparente o evidente fracaso.

Analizados desde el corazón, desde nuestra esencia, desde nuestro SER, en fin, desde el AMOR, encontramos que sólo el AMOR puede encontrar su materialización externa a través de lo que hago. La expresión del AMOR que soy aparece en el mundo a través de mis actos y éstos hablan del AMOR que soy. Encuentro, por tanto, en los hechos, en mis actos, la ocasión única de expresar AMOR. Si dejo pasar la oportunidad de hacer lo que hago como expresión del AMOR que soy habrá dejado pasar la oportunidad de AMAR. ¿Cuándo sino?.

El AMOR encuentra así la salida perfecta. No sólo en pensamientos y sentimientos profundos de amor encuentra la mujer y el hombre el AMOR. A quien los encuentra de tan profundo calado que abandona el mundo para no tener que hacer, o, al menos, tener que hacer muy poco, para estar de continuo asido al AMOR. Encontramos en todas la culturas los retiros, claustros, conventos…,en fin personas que se retiran del mundo para experimentar el AMOR en todo momento. Para el resto de los que optamos estar en el “mercado” (como dirían en Zen) y el “hacer” y “tener” son paradigmas de nuestra esencia vital, encontramos que son la ocasión, la única ocasión de expresar el AMOR que somos. 

De nuestro AMOR hablan nuestros hechos. Algunos piensan entonces que tienen que hacer grandes obras, dejar una profunda huella y nace el emprendimiento de y por AMOR. Más el que aquí analizamos hoy es el AMOR en lo cotidiano, en lo ordinario, en el desde cómo te levantas hasta como te acuestas y en el cómo has vivido el día a día, cada momento, cada circunstancia. Poner AMOR es vivir conforme a nuestra esencia. La palabra, la sonrisa, el gesto amable, la paciencia, la fortaleza, la empatía, la asertividad, la reisilencia, la bondad, la amabilidad…en fin un conjunto de manifestaciones del AMOR para con las cosas, las personas, los animales, la naturaleza, las circunstancias que en cada día nos rodea.

EL AMOR PROPIO es el AMOR que introduzco cada día en mi vida. Si cada noche puedo analizar el día y ver y sentir como he sido de pródigo en AMOR será otra expresión de AMOR PROPIO ser consciente de las situaciones y circunstancias en las que amé y las que no. La consciencia es el camino que recorremos para estar atentos y darnos cuenta de cuando hay presencia de AMOR y cuando hay ausencia. Nos convertimos entonces en ciudadanos y ciudadanas contemplativos, pasamos el día contemplando el AMOR como paradigma de nuestra existencia.


El AMOR PROPIO se convierte en un sello identificativo de aquellos que viven en y por el AMOR. Acabar lo que he empezado por puro AMOR, hacerlo bien por puro AMOR. La mente entonces poco tiene que decir, pues estará asentada en la creencia comprobada de que con AMOR todo se puede y se inclinará ante su poder y se pondrá a su servicio. Más si es ella la que está al frente de nuestras vidas sojuzgará cualquier intento de instaurar el Reino del AMOR al considerarlo su fatal enemigo dado que su señor, el Ego, la ha decretado una amenaza. Aprender el equilibrio entre el egoísmo y el AMOR en nuestra vida diaria es la tarea a la que se enfrenta todo hombre y mujer que quiera trascender y evolucionar. 

sábado, 13 de septiembre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: La palabra AMOR.



Lo primero es el concepto. Saber de qué hablamos. Tenemos que saber a que nos estamos refiriendo cuando empleamos la palabra amor. Hasta entonces no podremos dibujar el mapa conceptual del concepto, que claro, para cada uno no solo estará en función de nuestra cultura, educación y circunstancias y por eso suelen salir pequeñas o grandes diferencias, según como hayamos absorbido la cultura, según la educación que hayamos recibido y según las circunstancias que hayamos vivido y, además, según la energía de la que seamos depositario, es decir, la carga energética, genética y biológica  que se nos entregó al nacer, pues cada uno es hijo de un padre y una madre. Todos estos condicionamientos hacen que la palabra AMOR, cono concepto ofrezca un crisol de matices tan diverso como seres humanos existen.

Por sí sola, además, la palabra AMOR denota todo su poder. Solo hay que pronunciarla o verla escrita y ser conscientes de los sentimientos que nos genera. A cada uno el suyo. Párate un momento a sentir lo que te hace sentir la palabra AMOR.

Pensamientos y sentimientos. Estamos generando cadenas de creencias que a cada uno de nosotros nos llevan a confeccionar mapas mentales y sentimentales diferentes. Por tanto, el AMOR como palabra es diferente para cada uno de nosotros.

Al estar empleando la mente y los sentimientos nos alejamos del AMOR. El aquietamiento mental y la seguridad como emoción (fe y esperanza para los cristianos), serán dos herramientas precisas para alcanzar el AMOR como veremos en este curso.

Estamos dotados de mente y juzgará e intentará aprehender el concepto para crearlo, apoderarse de él y desde ahí juzgarlo y así poder juzgar el cursillo. Iremos viendo los conceptos que a lo largo de la historia y los más famosos pensadores han generado para ir tranquilizando a la mente mientras intentamos aprender a aquietarla para que surja el AMOR.

Nuestra inteligencia lógica, lingüística y matemática está en estos momentos bullendo, provocando sentimientos que van desde la sonrisa hasta la contracción de la frente generando en el cuerpo sensaciones imperceptibles o perceptibles, dependiendo de nuestro estado de consciencia. Generando preguntas automatizadas, sentimientos programados que generan en estos momentos situaciones no deseadas o queridas y que se desencadenan sin que nosotros hayamos dado la orden de hacerlo. Bienvenidos al automatismo programado de que estamos hechos a base de repetición subconsciente de pautas, mantras y hábitos. En este campo de minas es difícil que surja el AMOR.

El AMOR de este cursillo es LA SABIDURIA INIFITA que permite conocer la VERDAD. Analicemos entonces la frase, que se las trae:

LA: Sí, la única que nos acerca al AMOR.
SABIDURÍA: Sí, conjunto de herramientas, conocimientos, experiencias…
INFINITA: Si el AMOR lo es su SABIDURÍA también.
PERMITE: Sin la sabiduría no es accede a la VERDAD.
VERDAD: Solo puede ser una.


Y ahora, pensemos, sintamos e indaguemos, pero sobre todo observemos, observemos que nos ha generado esta entrada del blog de hoy. 

lunes, 8 de septiembre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: Presentación.


El objeto de estudio y reflexión de este curso será el AMOR.

Para quien aún lo busca. Para quien lo tiene. Para el que lo niega. Para el que está enamorado, para el que sufrió un desengaño…en fin para todo aquel que quiera saber, entender y sobre todo comprender que es el AMOR.

Si el curso pasado nos dedicamos al hombre y la mujer como SERES ESPIRITUALES, este año lo dedicamos al AMOR como la fuente y esencia de la espiritualidad pues como veremos estamos hechos por AMOR, de AMOR, para el AMOR, con AMOR, SOMOS AMOR.

Esta verdad tan evidente sin embargo para muchos representa una dificultad y es que el AMOR no es tangible, es inodoro, inoloro, invisible, es sencillamente una palabra que a largo de la historia y diferentes culturas ha sido definida de diferentes formas y para referirse a diversas situaciones generando con ello la confusión correspondiente y con ello el escepticismo imperante. 

Como palabra el AMOR ya tiene un poder que puedes comprobar ahora mismo, basta con pronunciarla. Basta con que pienses en la última ocasión en que la empleaste y en qué circunstancias, basta que examines con qué frecuencia, cuando, donde con quien, porque o para que… y entonces te darás cuenta del valor que para ti tiene la palabra, lo que representa y, como veremos más adelante, el sentimiento que te genera, es decir, la cadena de pensamientos y emociones que desencadena.

Como palabra ya el AMOR demuestra su fuerza. Prueba a decir vaso, sol o coche, o cualquier otra palabra cotidiana y ordinaria de las que pronunciamos muchas de ellas de manera inconsciente. También veremos que es la única  que cuando  se pronuncia se hace de manera consciente con atención plena.

Que es lo que cada uno quiere decir cuando pronuncia esta palabra depende del contexto y la cultura. Veremos las diferentes acepciones y significados que supone hacer de la palabra amor en muchas ocasiones lo que no es. Como; “Hacer el amor” que en términos sexuales puede se paradigmática de esta contextualización, frente al “AMOR DE DIOS” en el contexto religioso y espiritual por tirar de dos extremos como ejemplo.

Veremos que el AMOR provoca emociones, pensamientos, genera procesos biológicos y neurológicos ya constatados, que una persona “enamorada” presenta un cuadro biométrico diferente de cuando no lo está. Veremos que sustancias y organismos tienen que ver con estos procesos.

Analizaremos al AMOR como proceso, como proceso de Desarrollo Personal, que puede ser implantado en la vida de las personas como modelo de actitud y vida. Quien en el AMOR confía en el AMOR vive.


En fin, esperamos que a lo largo de este cursillo, (que así lo hemos llamado por su poca extensión, pues el AMOR necesita más que un curso, ¡necesita una vida!) aprenderemos todos un poco más de nuestra verdadera esencia, el AMOR, del arma más poderosa sobre la tierra, el AMOR, de nuestro destino, el AMOR y de la razón de nuestra existencia, el AMOR.

sábado, 2 de agosto de 2014

REINCIARSE como SERES ESPIRITUALES: CONCLUSIÓN FINAL.


Durante casi un año, durante este curso 2013-2014 hemos venido desgranando diversas facetas del reinicio como seres espirituales. El énfasis debemos ponerlo en la palabra “reinicio”, pues espirituales somos al nacer. Es la cultura, la educación, nuestra experiencia, nuestras creencias y filtros mentales los que apartan esta verdad de nuestra vida: Que somos seres plenos, equilibrados y alegres que vivimos una experiencia espiritual en un cuerpo. Más nos hemos creído que vivimos una experiencia solamente corporal. Los avances científicos están aportando las certezas, las pruebas y convicciones para que una incrédula mente se vaya convenciendo de que ella no es la señora de la casa.

El programa de “REINICIO” es un proceso educativo y creativo que puede durar mucho tiempo y que requiere voluntad y disciplina. Un Plan para afrontar la vida. Unas disposiciones de la mente, el cuerpo, el corazón y el alma determinadas y mucho, mucho dolor, que no sufrimiento, que ya sabemos que es opcional y más bien una incompetencia.

El dolor, el gran maestro, odiado en occidente, se revela como el camino, el efecto inmediato de lo que la mente no quiere cambiar. El proceso reeducativo de reinicio presenta las resistencias de una mente egoica y obsesionado con la conservación de patrones mentales que ve como el espíritu amenaza provocando entonces sentimientos limitantes y contractivos para evitar su autodestrucción. Por ello somos nuestros propios enemigos.  El dolor como la respuesta inmediata al contacto con las sombras que durante años y desde que el hombre tiene consciencia ha ido depositando en nuestra memoria y recuerdo. El diálogo con las sombras se convierte en otro obstáculo para la evolución espiritual. El dolor como expresión de lo que voy perdiendo en esta dimensión: apegos a cosas y casos, relaciones, deseos, sueños...para vivir la vida en el presente, en el ahora.

El proceso reeducativo hacía la esencia que somos: Seres Espirituales, no tiene una graduación, un final, un momento cumbre. La mente, por finita, puede acotar conocimientos y ordenar su reino de títulos y cursos formativos que empiezan y terminan, más en el camino de la vida espiritual, al ser infinita, no existen ni metas, sólo experiencia, a veces cumbre, otras veces de mesetas y valle, muchas de caída, más nunca de retroceso, pues como sabemos una vez despiertos a la vida espiritual nunca más nos volvemos a dormir, siendo las etapas más oscuras del desarrollo espiritual fases del camino, etapas que nos llevarán a un mayor amanecer.

Os invitamos a iniciar este camino que miles, sino millones de personas en el mundo, ya tienen iniciado, despiertas y alerta caminan en la vida reiniciadas en la vida espiritual. Por eso hemos creado un Curso o Taller sobre INTELIGENCIA ESPIRITUAL que pondremos en marcha  en Salamanca en el curso 2014-2015. En septiembre retornaremos y pondremos en marcha en  este blog una serie de artículos sobre este Curso para compartirlo con todos aquellos que lo quieran ir siguiendo “on line”.  Hasta entonces, feliz y espiritual agosto.


viernes, 13 de junio de 2014

REINICARSE como SERES ESPIRITUALES: El Ser Espiritual y la guerra (XXXIV).


La oscuridad es ausencia de luz y la guerra es ausencia de paz. Se afirmó por un Santo que las crisis, son crisis de Santos.

Hoy la neurociencia camina por conceptos como las “neuronas espejo” y la “inteligencia compartida”,  “la neuroplasticidad”…conceptos que están cambiando la manera de ver y entender nuestro desarrollo personal y con ello el mundo.

Estamos ahora convencidos, pues la ciencia lo confirma, de lo que nuestros ancestros afirmaban por Fe. En el cristianismo, la “Comunión de los Santos” que se afirma en el Credo es prueba de ello. Que podemos ser sal de la tierra, que podemos ser luz en la tierra, que podemos ser agua viva (en el fondo somos agua).

Quien inicia el camino reeducativo del reencuentro con lo que verdaderamente es y se encuentra en su interior, que no es otra cosa que el “AMOR ESENCIAL”, después de duras jornadas llegará a un punto del camino donde encuentra las fuentes de esa agua, el origen de esa luz y la mina de sal que le permite comenzar a producir para compartir con los demás y, como faro esplendente, manantial de agua y proveedor de sal, comienza a transformar su entorno en un lugar de paz y armonía contagiando con ello a los demás.

La mente no puede alcanzarlo, el cuerpo tampoco, las emociones no fueron diseñadas para tal fin, solo el espíritu está dotado de los medios para alcanzar el “AMOR ESENCIAL”.


Algunos afirman que si los niños comienzan a meditar, aprenden a meditar, e incorporan a sus vidas la meditación como una práctica consciente, podemos acabar con la violencia en pocas generaciones. No tengo tal capacidad de predecir el futuro, pero si tengo la convicción personal, por la experiencia acumulada, que sólo desde el “AMOR ESENCIAL” que somos podemos convertir este mundo en un mundo de paz. Para ello es necesario ir incorporando a nuestra vida los hábitos, que generarán costumbres, que forjarán el carácter de hombre y mujeres de paz.

viernes, 6 de junio de 2014

REINICIARSE como SER ESPIRITUAL: El ser espiritual en el deporte (XXXIII).


Dicho con toda rotundidad: Los grandes maestros espirituales nunca fueron deportistas. No encontraremos al espíritu en la cuerpo, en la materia, pues la materia y el cuerpo sólo es su contenedor en esta dimensión. Esta lógica mental y material tiene su explicación y sentido si pensamos que el cuerpo no existe desde el punto de vista de la energía y que solo es una apreciación de la mente, siendo ésta, la mente, la que hay que superar y vencer para lograr un desarrollo espiritual completo.

Tanto mente como cuerpo son elementos vitales de desarrollo del ser espiritual pero no son un fin en sí mismos. Están supeditados al espíritu, al constructo espiritual que somos. Hay quienes construyen mentes prodigiosas y quienes construyen cuerpos maravillosos.

Durante miles de años fue el cuerpo el elemento predominante, el jefe era el más fuerte, para ello necesitaba el cuerpo.  Posteriormente la historia dio paso a la mente y el jefe era quien más sabía para lo que se necesitaba la mente. Vivimos un momento en el que la mente a través del neurocortex está avanzando en su desarrollo de una manera vertiginosa en la etapa más tecnológica de la historia. Abandonadas las tareas agrícolas y ganaderas y mecanizándolas el cuerpo dejó de tener sentido durante cientos de años hasta el momento actual en el que el cuerpo ha vuelto a cobrar protagonismo mediante el deporte. Hacer deporte se verifica como una necesidad de desarrollo personal y de salud encontrando un sentido vital más allá del meramente laboral.

El bienestar corporal lo logra el ser espiritual de otra manera diferente a quien hace deporte. En ambos casos son los procesos físicos y químicos (biológicos) que se desencadenan los que  se están manejando por ambos, si bien para quien hace deporte se produce una “esculturización” del cuerpo, mientras que para quien no lo practica se produce una pérdida de su importancia material, la materia para el deportista se transforma y para el ser más espiritual pierde su protagonismo. Es muy usual que quien se desarrolle espiritualmente presente un aspecto físico muy diferente al deportista.

El deporte es un gran camino de sabiduría al igual que la mente, pero ambos sin el desarrollo espiritual hacen al hombre incompleto y le privan de su desarrollo integral; mente, cuerpo y espíritu. Quien entrega al espíritu el desarrollo integral logra armonizar la mente con el cuerpo sin necesidad de que ninguno tome un excesivo protagonismo. Pues a quien está atrapado en la mente, quien está atrapado en el cuerpo y quien está atrapado en mente y cuerpo.


Durante años hemos visto al hombre en busca de sabiduría de la mente,  vemos ahora como además busca la sabiduría del cuerpo nuevamente. El desarrollo espiritual a lo largo de la historia convive con estas etapas. En la actualidad el culto al cuerpo, el culto al deporte, es un paradigma de desarrollo personal y social. Sobrevalorada la mente y sobrevalorado el cuerpo, ambos finitos y temporales dejan poco espacio a lo espiritual. Buscar el equilibrio ha sido siempre la fuente de la sabiduría. Cuerpo, mente y espíritu. 

domingo, 1 de junio de 2014

REINICIARSE COMO SERES ESPIRITUALES: El ser espiritual en la política.(XXXII)



Quien se reinicia como ser espiritual poco o nada suele preocuparle la política basada en ideologías que clasifican a los hombres y las mujeres en diferentes grupos y generan poderosos filtros de creencias con los que se analiza la realidad.

No se trata de pasar de la política, pues el pasotismo es contrario al compromiso que todo ser espiritual cultiva como una fuente de sus motivaciones.

La política la entienden como “micro” es decir, en el ámbito en el que tiene capacidad de influencia, en el perímetro en el que puede interactuar con otros. Este terreno no es otro que su “vida privada”, en la que intenta ser luz y dar luz a los demás. No existe “vida pública” para un ser espiritual.

La “vida pública” para el ser espiritual no es la norma, si bien, cuando alcanza su misión una trascendencia pública y notoriedad suele ser para afrontar determinaciones del alma que requieren un gran empeño y esfuerzo. Es entonces cuando el ser espiritual aparece en la vida pública para trabajar y reivindicar lo que anhela y constituye su misión.

A lo largo de la historia han existido muchas personas que desde el espíritu han sido llamados a misiones que han trascendido a lo público logrando evoluciones sociales, culturales y humanas que han dejado una huella que aún hoy perdura.

No se trata de gobernar el mundo, no se trata de legislar para los demás. Se trata de desarrollar una misión personal cuya fuerza es tan poderosa que logra trasformar el mundo más que un gobierno o una ley.

Los seres espirituales son temidos en política por quienes desde una dimensión exclusivamente mental pretende gobernar. Los líderes políticos del momento suelen chocar frontalmente con el líder espiritual que le corresponde. Sus enfrentamientos suelen pasar a los libros de historia más los que suelen ser recordados suelen ser los líderes espirituales así como sus logros y reformas.


En política cada cierto tiempo surge un líder espiritual que transforma, reeduca y despierta.

viernes, 16 de mayo de 2014

REINICIARSE COMO SERES ESPIRITUALES: De desiertos, oasis y piratas. (XXXI).


Cuando uno inicia el camino de reiniciarse como ser espiritual los avances son sustanciales si tus disposiciones, tus enseñanzas y maestros los adecuados, ya puedes caminar solo y comenzar una nueva vida en la que la realidad ha cambiado al cambiar la rutina de pensamientos y sentimientos, al ser gobernados desde el Ser gracias a la consciencia y haber tomado el timón el corazón. El viaje comienza con una gran alegría y entusiasmo.

Tenemos que tener en cuenta que la ley de la impermanencia impondrá su criterio pronto y desaparecerá todo el gozo vivido en las primeras etapas para presentarnos “desiertos” o zonas en las que el avance será lento, escasearán las fuerzas y las motivaciones, pasaremos por diferentes estadios de sufrimiento mental, corporal y sentimental, con emociones contractivas, que tampoco durarán, pero que se harán presentes para dar cuenta de nuevas sabidurías y tomas de conciencia. Cada cierto tiempo en este caminar encontraremos algunos “oasis” o zonas en las que descansar de tan ardua labor, más el desierto seguirá hasta su final.

En estos períodos debemos confiar en nuestra sabiduría interior. En estos  períodos puede ocurrir que la mente de un golpe de estado, encabece una rebelión y desplace al corazón, llamando a su tripulación, los sentimientos y pensamientos más contractivos a tomar el poder. Son los “piratas”. Si la nave de tu vida sucumbe a los “piratas” tu vida consistirá en cazar otras naves que cruzando su desierto se encuentran en dificultad para que pasen a engrosar las filas de los “piratas”.

En los momentos de ataques “piratas”, en medio del “desierto”, solo puedes contar con los “oasis”. Conocer su ubicación y emplazamiento en tu mapa es fundamental pues serán el refugio al que acudir. Los “oasis” se presentan en forma de personas o lugares, nos aportan  el frescor, el descanso, el agua, la sombra que necesitamos. Todos necesitamos “oasis” y de manera inconsciente los buscamos cuando los necesitamos, pero al no tenerlos reflejados en nuestro “mapa” no solemos encontrarlos, solo los recordamos o imaginamos. Quien de manera consciente vive sabe donde están y acude a ellos con prontitud.


Un “pirata”, un “desierto” y un  “oasis” son fáciles de identificar por quien vive como ser espiritual consciente. Forman parte del proceso. Hay que aún vive en el desierto, hay quien no quiere vivir fuera del oasis, hay quien se hizo pirata y pirata sigue, hay quien pirata fue y cuenta sus aventuras y andanzas y ha retomado el camino. 

Recordemos que todos hemos estado y estaremos en desiertos, oasis y seremos por algún tiempo piratas.

sábado, 19 de abril de 2014

REINICIARSE como SERES ESPIRITUALES: Del oro al barro (XXX)


Cuando encontramos la fuente de la vida, cuando contactamos con la verdadera fuente de AMOR que somos no son necesarios muchos ritos o ceremonias para volver a su encuentro. El hombre y la mujer espiritual saben que basta un simple gesto, una respiración consciente, una inclinación de los párpados, un silencio interior y una observación consciente para su encuentro (ese fué el mensaje de Jesús de Nazaret, en  Getsemaní, en el Huerto de los Olivos: “….velad conmigo.”). Ante esta situación en la que la mente juega un papel secundario en el proceso, pues su aquietamiento es esencial, se produce otro proceso en el que ella misma, la mente, puede diseñar un programa mental para no quedarse al margen de la fuerza que el Ser que habita tiene en su interior. Este programa a lo largo de la historia se ha inclinado por dos extremos y entre ambos se mueven la mayoría de los programas mentales y que podemos denominar, como digo, en su extremo; el extremo del oro y el extremo del barro.

El programa mental en el extremo del oro es aquel que ante la fuerza de la vida la intenta agasajar y engrandecer con oro, el objeto más valioso que la mente como creencia tiene generado en muchas personas, sociedades y pueblos.

El programa mental en el extremo del barro es aquel que ante la fuerza de la vida huye de todo lo material y solo toma de la tierra lo que la tierra le da, tierra y agua para hacer barro.

Entre el oro y el barro, como extremos, hay toda una gama infinita de posibilidades pesos y medidas. Cada uno tiene la suya. Pero en todas está presente el oro y el barro.
En todas las culturas y religiones existe este programa mental y podemos ver expresiones de ambos extremos o de la mezcla en peso y medida.


Una mirada compasiva, desde el corazón, a cada una de estas manifestaciones nos servirá de espejo para verificar en que programa mental estamos más anclados y desde esa observación aprender con  serenidad lo que nuestra mente ha diseñado en el ahora para contemplar la manifestación externa y tangible de lo que los demás sienten ante la fuerza de la vida que es el AMOR.