viernes, 24 de octubre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR:El Entrenador



Hoy en día un Coach o un Mentor son los profesionales más demandados cuando no existen más que metas que cubrir. Si además de metas hay lo que denominamos “problemas” entonces aparece el terapeuta figura también muy requerida y adecuada para afrontarlos. El que aún no ha cuajado es el Educador, pues aún tenemos relegada esa figura a los profesionales de la educación reglada, (la educación que ofrece el Estado de carácter obligatoria), pero ya van llegando a las escuelas y colegios la demanda de Educadores Transpersonales y de Inteligencias Múltiples que doten a nuestros hijos y jóvenes de habilidades y herramientas que les potencien más allá del mero conocimiento “lógicolinguisticomatemático” y se demanda una educación en valores, se dice.

En el AMOR como Sabiduría, de igual manera, requerirá un Educador, un Mentor, un Coach y un Terapeuta, dependiendo en qué fase de la vida nos encontremos y a que nos enfrentemos. Alguno se estará preguntando donde están los padres en este proceso, pues los padres son educadores, mentores, coach y terapeutas del AMOR durante toda su vida, más si ellos tuvieron carencias formativas y experienciales y además durante su vida se presentan circunstancias y momentos contractivos para ellos mismos, es lógico pensar que los padres tendrán la necesidad de asistencias. Las asistencias serán el apoyo de todos aquellos profesionales que acudirán al entorno familiar y personal para potenciar los procesos de crecimiento y desarrollo en el AMOR.

La diferencia de cada uno de los “entrenadores”:

El Educador está preparado y dotado del conocimiento y la sabiduría, conoce las herramientas y habilidades y tiene dotes pedagógicas para trasmitir el conocimiento con carácter general.

El Mentor ha pasado por un proceso determinado que conoce muy bien, no solo de manera teórica, sino práctica y experiencial, y sabe como trasmitir su experiencia al que en estos momentos atraviesa por el mismo campo o se enfrenta al mismo reto pudiendo realizar un acompañamiento de carácter técnico.

El Coach acompañará en la búsqueda de metas concretas en la vida a todo aquel que se plantee retos y quiera emprender un camino en el que el Coach aportará hábilmente los interrogantes que provoquen en quien requiere sus servicios las toma de conciencia precisas para seguir adelante.

El Terapeuta es aquel que ha pasado por vicisitudes concretas y determinadas de la vida, conoce caminos y atajos y asiste a quien le reclama para poder tomar conciencia del pasado, de lo que ocurrió y lo que ocurre en la vida. Dotado de sabiduría y experiencia, acompañará con su escucha y atención el proceso de quien necesita hacer un parón en el camino para tomar aliento, descansar y retomar con fuerza la marcha hacia adelante.

Una misma persona puede ser Educador, Mentor, Coach y Terapeuta, de hecho a lo largo de la historia han existido grandes Maestros: Los Maestros de la Sabiduría del Amor. Si te encuentras alguno en tu vida atrápalo un rato pues has encontrado un tesoro. Los Maestros dejan tal huella que perdura en la historia hasta nuestros días y su mayor tesoro no son sus obras sino el relato de sus obras y sus propias palabras. Lo que hicieron fue el fruto maduro de su presente, sus palabras son el fruto maduro de cada presente. Sus palabras trascienden la historia y se enganchan a la eternidad y por eso aún hoy nos maravillamos de sus palabras.

El Maestro aparece cuando el alumno está preparado.

Mientras aparece en nuestras vidas el Maestro, si queremos avanzar es mejor hacer el camino acompañado. En el amor como sentimiento, del que nos ocuparemos en otro momento, buscamos “la pareja”. El AMOR como “SABIDURIA INFINITA que nos permite conocer la VERDAD” requerirá siempre una pareja muy especial y preparada para realizar el acompañamiento y entrenamiento. Durante muchos siglos fueron los curas o sacerdotes, brujos y chamanes los que acompañaban en el proceso de la búsqueda y encuentro del AMOR. Hoy tenemos a nuestra disposición grandes profesionales, en todos los ámbitos, religiosos o no, existen personas preparadas para hacer de acompañantes durante un trecho del camino. TU PUEDES, PERO NO SOLO.


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