viernes, 14 de noviembre de 2014

UN CURSILLO DE AMOR: El primer AMOR.



Nadie lo recuerda, no conozco a nadie que pueda expresarme en palabras la primera vez que sintió AMOR. Recordamos el primer flechazo, el primer beso, la primera novia o novio, pero no recordamos el primer encuentro con el AMOR. Algunos recuerdan el siguiente encuentro, es decir, el que de manera consciente encuentra por primera vez el AMOR. El renacer, el despertar, la resurrección, es decir, el reencuentro con lo que somos después de años. En este proceso de despertar y renacer están y estamos miles o millones de personas en el mundo.  Pero la primera vez, el primer minuto en que fuimos AMOR no logramos recordarlo, y es que no hay recuerdo por que no existía el observador para registrarlo. No existía consciencia.

Registramos AMOR porque el Ser así lo registra y lo puede verbalizar en palabras o emociones, pues en muchas ocasiones describir en palabras el encuentro con el AMOR no es posible, son las experiencias culmen que muchas personas hemos tenido y que te dejan marcado para toda la vida y que no puedes describir con palabras, son solo sensaciones. El lenguaje, por terrenal se queda pequeño, por mental, para describir lo universal por extramental, por estar más allá de la mente.

El primer soplo de AMOR, lo define la Biblia muy bien cuando dice que Dios, como Creador, mediante un pequeño y ligero soplo infundió la vida en lo que solo era barro, materia. En el mundo Cristiano este es el primer encuentro con el AMOR. A partir de ese momento la vida es le camino para el encuentro con el Ser que nos permita contactar con el AMOR que nos fue entregado, de que estamos hechos.

Por no ser consciente no significa que no exista, pues existen ahora mismo millones de fenómenos de los que no somos conscientes y que por ello no dejan de existir. 

El AMOR en la preconsciencia, en la etapa anterior  a la consciencia.

LA PRECONSCIENCIA es un concepto definido por Sigmund Freud para designar un sistema del aparato psíquico intermedio entre los otros dos sistemas (inconsciente y consciente). El conjunto de los tres sistemas conforma su primer modelo topográfico de la psiquis. Con este término, Freud quiso designar un área no consciente del psiquismo humano que debe diferenciase en sentido estricto del sistema inconsciente. Así se lee en Wikipedia.

La  palabra AMOR viene de una raíz lejana “AMMA”, que es el producto de los balbuceos del bebé al llamar a su madre. Y esta es el primer contacto que tenemos con el AMOR, aún no existen percepciones y filtros mentales o emocionales, tan solo un automatismo diseñado para reclamar en el “yo” (aún no se ha creado el ego), que no difiere del resto, pues aún no hay consciencia de separación, la presencia de lo que considera la vida, su vida, la clave de su existencia, que aún no puede saber o conceptualizar como madre, pero que existe, que es la madre, que es el AMOR: protección y proveedor de vida. Esta experiencia preconsciente es la primera sensación de AMOR que dejará sus registros en el cuerpo psicoemocional y el cuerpo sutil.

Esa primera AMMA será determinante para el resto de nuestras vidas sin nosotros saberlo. Tal y como haya sido registrada por nuestro cuerpo psicoemocional y cuerpo sutil así estará determinando nuestra vida. Su pronta o tardía atención, la presencia o ausencia de atención a AMMA será un registro, la primera inscripción que registremos en la vida cuando nacemos.


Imaginar el amparo o desamparo de quienes nacen  y sus primeras horas de  vida discurren con madre o sin ella. Cuando el bebé produce su AMMA se produce la respuesta en esta tierra y en función de ella estará marcado su destino, pues la primera experiencia que registra es la ATENCION a AMMA, al AMOR. Aprenderemos a amar en la vida pero la  primera lección fue la respuesta a AMMA.

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