Si puedo repetir y repetir y genero un hábito,
que repetido genera una costumbre, que repetido genera un carácter, tengo en
mis manos el instrumento más potente que existe sobre la tierra, pues puedo
cambiar. Solo tengo que ponerme en marcha y comenzar lo que algunos denominan
un entrenamiento.
Los entrenamientos vienen del deporte donde
encontraron la manera de hacer del cuerpo máquinas perfectas para cualquier meta.
Las actitudes propias de un campeón se estudiaron y dieron lugar al tan famoso Coaching. Del
deporte saltó a la empresa y del mundo de los negocios y las ventas al
desarrollo personal. En este punto en el que nos encontramos, es decir, en el desarrollo personal,
encontramos entrenamientos orientados a muchas metas, que es la finalidad del
Coaching, conseguir una meta.
¿Cuál sería la meta de un proceso de coaching
orientar al AMOR?
.
Los Coach sabemos, es lo primero que
aprendemos, que definir META es la clave del proceso.
La Meta para alcanzar al AMOR requiere la
previa definición del AMOR por el cliente del coach.
En este blog lo hace unas semanas nos
expresamos así:
El AMOR de este
cursillo es LA SABIDURIA INIFITA que permite conocer la VERDAD. Analicemos
entonces la frase, que se las trae:
LA: Sí, la única
que nos acerca al AMOR.
SABIDURIA: Sí,
conjunto de herramientas, conocimientos, experiencias…
INFINITA: Si el
AMOR lo es su SABIDURIA también.
PERMITE: Sin la
sabiduría no es accede a la VERDAD.
VERDAD: Solo puede ser una.
Por tanto, definido el AMOR como “SABIDURIA INFINITA
que nos permite conocer la VERDAD”, tenemos un problema, pues la META
establecida no es medible, específica, establecida en un tiempo y alcanzable,
pues sencillamente el término INFINITA la descoloca y hace imprecisa la
definición de ÉXITO, palabra clave en el proceso de COACHING.
Sin descartar que el Coaching es un
entrenamiento eficaz para alcanzar un carácter tendremos que tener presente que
en un momento determinado tendremos que abandonar esta “nave” para ponernos en
contacto con una herramienta o proceso que goce de la dimensión INFINITA.
Para relacionarnos con lo INFINITO nada mejor
que hacerlo con todo aquello que no es certeza, pues es FINITO, es decir, todo
lo que se y creo (el MAPA de mi vida como diría la Programación Neurolingüística)
y, el mapa, no es el territorio. Por tanto se trata de aventurarse a lo desconocido.
Para aventurarse a lo desconocido lo mejor es contar con alguien que ya haya
estado ahí, es decir, donde yo no he estado.
Si definimos el mapa de cada uno como la
PERSONALIDAD propia, lo que está más allá sería o lo extrapersonal o lo
transpersonal. Todo lo extrapersonal
nos es ajeno, son fenómenos de los que podemos aprender pero están fuera de nosotros,
los observamos con los sentidos y nos provocan pensamientos y sentimientos y desde
ahí adquirimos sabiduría, más están encerrados en las claves de tiempo y espacio
y de ahí que resulten finitos, pero amplían el mapa y en este sentido son muy válidos.
Hay quien se pasa la vida provocando experiencias extrapersonales para
aprender. Más todo lo transpersonal nos es propio, nos ocurre cuando dejamos de hacer, cuando pasamos del modo “hacer” al
modo “ser”, entonces comienza un viaje interior que reportará tomas de
conciencia y aprendizajes mediante comprensiones profundas y que solo a nosotros,
como únicos protagonistas me afectan, inspiran y alcanzan y que si bien suceden en
un espacio y tiempo, como todo lo extrapersonal,
alcanzan dimensiones desconocidas al ir más allá de lo que lo que pienso
que soy y acercarse a lo que realmente soy.
El mejor entrenamiento para realizar este
proceso es la EDUCACION TRANSPERSONAL, y que mejor que un COACH EN EDUCACION
TRANSPERSONAL para llevarlo a cabo.
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