jueves, 28 de marzo de 2013

REINICI@TE: Pasión y Felicidad.

Reñidas, occidente ha decretado desde hace años que Pasión y Felicidad no pueden estar unidas. Por tanto son miles los que acuden en busca de la felicidad apartando la pasión, el dolor de sus vidas. Dos conceptos, Felicidad y Pasión, dos palabras. Y evidentemente conceptualizar la vida en palabras puede arrojar conclusiones como ésta. Nuestra educación en le inteligencia lógica y matemática procesa conclusiones como la que estoy ahora comentando. Y desde esa óptica no hay nada que reprochar, son conceptos distintos e irreconciliables. Pero quien ha llegado a la felicidad desde la pasión tiene otro sentir. Si, digo bien otro sentir. Contempla la vida desde su experiencia y ve como la felicidad que ahora siente ha nacido en la pasión que sufre o ha sufrido. Si bien es verdad que algunos que padecen no ven la Luz y no están conformes con esta conclusión. Quien analiza estas circunstancias nuevamente desde un punto comparativo y estadístico introduce en la vida la capacidad de juzgar y desde esa actitud se pueden alcanzar conclusiones, llamadas sentencias, que determinan que felicidad y pasión son incompatibles e irreconciliables. Más quien ha sentido la pasión o la siente aceptando, sí, digo bien, aceptando comparte, su experiencia desde una luz diferente de aquel que no lo acepta. SENTIR y ACEPTAR, también son dos palabras, pues palabras necesitamos para comprender el mundo, más desde oriente se nos enseñan sabidurías en las que la vida está basada en sentir y aceptar, plena consciencia sin juzgar como gusta expresarse ahora. No pretendo alcanzar ninguna conclusión ni alzar ninguna bandera y menos aún trazar un camino, me limitaré a sentir desde la plena consciencia lo que cada día venga a mi vida y desde esa experiencia seguiré compartiendo los mensajes que la propia vida me deje. SIEMPRE ADELANTE.

sábado, 23 de marzo de 2013

REINICI@TE a la LUZ.

Es primavera, el ciclo de la vida vuelve a poner ante nuestros ojos el esplendor del nacimiento de la primavera que anuncia la llegada de la vida en la naturaleza. El efecto más evidente es la Luz, que ha cambiado, los días se hacen más largos y permanece más tiempo dando vida. No es más que eso, la Luz del Sol al tener más presencia durante la jornada y estar más cerca produce las condiciones de luz y calor adecuadas para que surja la vida. La Maestra Naturaleza nos enseña una gran sabiduría: si quieres vida prolonga las horas de Luz. Sencillo y evidente como todo lo esencial. ¿Cuántas horas de Luz tienes al día?. ¿Cuántos momentos dedicas a producir Luz o traer Luz a tu vida?. Se trata sencillamente de sumar tiempos de Luz en la jornada diaria, momentos en los que los pensamientos y las emociones estén en la Luz. La Naturaleza lo tiene claro y repite los ciclos con disciplina. Nuevamente ahí está la sabiduría, solo estableciendo ciclos con disciplina podremos lograr que en nuestras vidas haya Luz. Es decir, programando momentos al día de plena consciencia en los que mente y emociones se centren en todo lo expansivo como la serenidad y la alegría. Establecer tiempos y espacios para ellos que de manera rutinaria se repetirán para que se conviertan en hábitos, luego costumbres y al final conformen un carácter.

lunes, 18 de marzo de 2013

REINICI@TE después de un fracaso.

En el dualismo reinante podemos dividir a la gente entre vencedores o fracasados. Todo aquel que no haya cumplido con las normas de éxito puede ponerse una placa en su frente con la palabra “fracasado”: “soy un fracasado”, “mi vida es un fracaso”…podemos encontrar muchas veces estas expresiones. Partamos de este hecho, “soy un fracasado”, es un final, por lo que podemos diseñar un inicio. Si hemos fracasado lo será como juicio final de un proceso que tenía un objetivo y que ha finalizado sin verlo cumplido. Somos expertos por tanto en el fracaso, en el camino equivocado, en las soluciones inadecuadas, podemos compartir esa experiencia, pues aporta sabiduría a otros que así no lo tomarán y no fracasarán. Thomas Edison lo tenía muy claro y consideraba que había descubierto mil doscientas materiales que no servían. Sencillamente no existe el fracaso, existe la experiencia. Walt Disney era de los que opinaban que si podíamos soñarlo o pensarlo, podríamos lograrlo. Bruce Lee perdonaba los errores si éramos capaces de aceptarlos. El fracaso es un juicio cuyo veredicto inapelable muchas veces es la propia pena que debemos cumplir. Sin embargo si lo analizamos desde el punto de vista de la experiencia el fracaso no es más que un doctorado un master que acumula experiencia y sabiduría que poder compartir. En ocasiones la búsqueda constante de un fin o una meta muchas veces desvirtúa la experiencia y desaprovecha la sabiduría pues el éxito se convierte en obsesión. En un mundo no dualista el camino se vuelve el maestro y como maestros del camino todas las experiencias son válidas, las que calificamos de éxito o de fracaso. Por tanto, recuerda,CAMINA SIEMPRE ADELANTE.

viernes, 1 de marzo de 2013

REINICI@TE: Marca un nuevo rumbo.

Desde pequeños marcamos un rumbo, un camino que deberíamos realizar para alcanzar nuestros sueños. ¿Te acuerdas cual fue tu sueño? Sí, el que de pequeño tenías de lo que ibas a ser de mayor y que siempre te preguntaba alguna tía o amiga de tu madre: ¿y tú de pequeño que quieres ser? y contestabas: bombera, futbolista, bailarín, peluquero…y entonces se echaban todos a reír. Ese sueño, sí, ese sueño, ¿dónde está?. Tal vez lo lograste o tal vez se quedó en un sueño. Todos de niños tenemos esa clase de sueños, de manera consciente o más subconsciente el personaje que creamos en nuestra infancia como el hombre y la mujer futura que imaginábamos que queríamos llegar a ser formó parte de nuestra infancia y ahora, aunque parezca mentira, sigue con nosotros, sigue siendo o una realidad o un sueño. Para todo aquel que no se cumplió el guardián del sueño es el NIÑO INTERIOR, el que cada uno tenemos en nuestro interior. Puede ser que aún no sea tarde.Tus sueños son tu motor, tu verdadera gasolina en términos de motivación. Rescátalo como una pieza de colección, examínalo, rodéate de todo aquello que pueda acercarte un poco más a ese sueño. ¿Cómo? Usa la imaginación. Yo quería ser fraile, si te ríes o te sorprende, es la prueba de que es un sueño infantil, es lo que tienen los sueños infantiles. Sí, meterme en un convento a rezar todo el día, amaba el silencio. Hoy estoy casado con Julia y tenemos dos hijas, Beatriz y Mencia, ejerzo la abogacía como mediador y coach en educación transpersonal ayudando a la gente a resolver sus conflictos. Me costó mucho retomar el sueño que de pequeño tenía y cuando lo descubrí me di cuenta que no podía ponerlo en práctica. ¿Cómo?!!!, me pregunté, entonces me di cuenta que podía incorporar a mi actividad diaria muchas de las tareas y funciones de un fraile y sobre todo el valor principal, el silencio y entonces decidí cambiar el rumbo de mi vida. Incorporé un horario, unas tareas y unas funciones diarias, semanales, mensuales y anuales y busqué espacios y tiempos de silencio, incluso proyecté “Educando en el silencio”, proyecto educativo que estoy poniendo en marcha. ¿Cuál fue tu sueño? Desmóntalo como un mecano, observa sus piezas y verifica cuales de ellas puedes incorporar a tu vida y si tu solo no puedes acude a quien te acompañe en esa tarea y ese camino. Marca de nuevo el rumbo a tu sueño.