miércoles, 8 de marzo de 2017

SEPTIMO DIA EL CARCEL: LOS RESULTADOS


Acostumbrados a obtener resultados, lo que se dice, “a ganar”, solemos tener poca paciencia si los resultados no se producen de manera eficaz a corto o medio plazo. Las carreras de fondo, o los maratones están de moda, pero parece que a nuestra vida no se aplica con la misma facilidad. Disponemos de poca paciencia (“PAZ+CIENCIA”), es decir, cortos de sabiduría, el elixir que desprende la experiencia y el saber a lo largo de los años. EL delito en muchas ocasiones es una vía corta de obtención de resultados, en otras es el resultado de un largo proceso de planificación o de un larvado resentimiento.

¿El Mindfulness funciona? Es la pregunta que te hace la mente práctica y pragmática que no está dispuesta a emplear el tiempo en el presente, que más bien desea el final y se deleita en él aunque aún no sea una realidad, más bien, una ficción, una película que me cuenta la mente y que genera lo que denominamos “expectativas”. Ante esta realidad increada la vida se examinada y si no se obtienen los resultados deseados y buscados, nuestro juicio es negativo con aquella típica expresión de: “es que yo creía que”.

Mindfulness tiene acreditadas pruebas científicas de los efectos que produce en las funciones cerebrales, en su propia estructura, en el sistema inmunológico, de carácter psicológico e incluso antienvejecimiento. Tal vez por ello las ciencias comienzan a acreditar la práctica del Mindfulness y cada vez acuden a nuestras Consultorías más y más personas referenciadas por médicos, psicólogos y educadores. Con éxitos en el tratamiento de enfermedades y adicciones el curriculum del Mindfulness se amplia cada día más.

Aparece entonces el gran enemigo del Desarrollo Personal: EL RESULTADO DESEADO, o, mejor dicho, EL DESEO. Bien lo saben en Zen. Vivir el presente sin apegos y deseos es la clave. “Tengo pocos deseos y los pocos deseos que tengo los deseo poco”. Que junto con el QUERER SABER o lo que es lo mismo, saber mucho de algo aunque no lo practique, invaden el proceso de toma de conciencia, de atención al presente.
Enseñar a respirar de manera consciente e incluso a meditar parece fácil, tanto como leer un prospecto de un medicamento y creerse médico, o una ley o norma y querer aparentar ser abogado. Vivir de manera consciente en la vida es una vocación. Hay quien jamás será llamado a la vivencia de la consciencia y quienes ante la tesitura preferirán seguir dormidos (no despiertos, término que se emplea para dividir a la personas entre “despiertos” y “dormidos” desde el punto de vista de lo que se ha venido en denominar “el despertar de la  consciencia”).

Nuestros abuelos nos decían que eligiéramos bien a nuestras compañías. En el viaje del autoconocimiento existe un mal compañero, UNO MISMO, que provoca un “EGOCENTRISMO AUTOREFERENCIADO”. Nos podemos observar, es la magia del Mindfulness, pero a partir de ahí tenemos que decidir cual es el camino.
Hoy vieron los resultados avalados por la ciencia. Hoy ya saben que si siguen el camino conseguirán objetivos gracias a la NEUROPLASTICIDAD. Todos lo saben, todos lo sabemos, pero no todos alcanzan las metas propuestas, los resultados prometidos ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros?, pronto aprenderemos que no tanto está en el  “COMO” sino en el “DESDE DONDE”.

Acostumbrados a sus reacciones y sus creencias comienza el proceso de cambiar y ya lo dijo John Ford, que si tanto crees que puedes, como si crees que no puedes, siempre tienes la razón. Se requiere voluntad para cambiar, para pasar de sobrevivir a vivir. SIEMPRE ADELANTE.

miércoles, 1 de marzo de 2017

SEXTO DIA EN LA CARCEL: EL LOBO QUE CUIDAMOS


Sabréis el cuento de los dos lobos que todos llevamos dentro y que están librando una permanente batalla y que ganará aquel de ellos que sea alimentado. Se trata de una realidad fabulada que nos  afecta  a todos. Lo que desconocemos  es que el alimento lo constituyen los pensamientos, los sentimientos. 

Desde que los internos escucharon y aprendieron de la existencia del cerebro reptiliano en las clases teóricas su mayor preocupación es saber como controlarlo. El deseo de control sobre nosotros mismos es una búsqueda incesante de nuestra mente. Intentar controlar la parte  reptiliana del cerebro es una aventura de difícil éxito. Podemos aprender a gestionar con mayor consciencia las reacciones y convertirlas en respuestas más conscientes. 

Podemos aprender  de la observación como reacciona y ante que reacciona. Podemos aprender de nosotros mismos. Nuestra sabiduría surgirá de la observación y para eso hay que saber parar.

Aprenden a sentarse, a parar, a observar los pensamientos y los sentimientos, a estar con ellos, incluso con los más desagradables y que nos provocan sentimientos que rechazamos de  manera automática y reactiva y que son el alimento del lobo más rabioso, lleno de ira, odio y resentimiento. Cambiar los pensamientos es todo un reto para los internos, vienen pensando de esa manera desde  hace muchos años, son sus creencias, su cultura, su educación, se han llegado a  identificar con sus pensamientos de tal forma que creen que son lo qué piensan. En este punto no se diferencian mucho de millones de personas que se siguen identificando con su nivel mental exclusivamente y sorprendidos preguntan si es que hay algo más, o somos algo más que lo que pensamos. Los niños no conocen las palabras y no pueden tener pensamientos y nadie les negaría la vida y la actividad cerebral que desarrollan. Además y según Jesús de Nazaret son los qué sean como niños los que podrán entrar en el Reino de los Cielos. Aquietar la mente, pues es el excesivo racionalismo el que muchas veces nos aleja del paraíso, de nuestro bienestar y bienser. Observar tu mente permite cambiar los pensamientos, las creencias. Nada se ha descubierto en este mundo si previamente no fue observado antes. Entrenamos al OBSERVADOR DESAPEGADO.

Al salir del edifico Sociocultural me acompañaba mi amigo y siempre nos fijamos en los cientos, sino miles, de pájaros que a estas horas vienen del campo a posarse en tejados y alambradas (su peso hace sonar las alarmas, me cuenta), hoy nos fijamos en su vuelo, total y absoluta coordinación a pesar de las maniobras del vuelo todos funcionan coordinadamente, como uno solo, son UNO. Es más que confianza es entrega al otro, al grupo, es dejar de ser para SER. El hombre no tiene esa capacidad, recela, huye, desconfía, no podemos volar juntos. El lobo que llevamos dentro es muy territorial.

Recordemos que la diferencia entre unos y otros, en muchas ocasiones, es que alimentamos a uno u otro lobo, pero ambos seguirán viviendo en nuestro interior para el resto de nuestras vidas. Y de ello depende, en muchas ocasiones VIVIR o SOBREVIVIR.

Siempre Adelante.

Un indio muy sabio se encontraba enseñándole a su nieto importantes lecciones de vida:
— Existe una pelea en cada uno de nosotros que se asemeja mucho a una lucha entre dos lobos. Uno de ellos representa la maldad: envidia, celos, remordimientos, egoísmo, ambiciones, mentiras... El otro lobo es la encarnación de lo bueno: paz, amor, esperanza, verdad, bondad, fidelidad.
El pequeño, conmovido con las palabras de su abuelo, se quedó pensando por algunos instantes, y luego le preguntó:
— ¿Y cuál de los lobos suele ganar al final?
El sabio sonrió ligeramente y le respondió:
— Siempre gana el lobo al que alimentes.