miércoles, 22 de febrero de 2017

QUINTO DIA EN LA CARCEL: El estrés como carcelero.


Por la tarde tenía que recibir a un cliente que venía buscando un experto en Mindfulness. En su  recorrido por toda España de terapia en terapia, de experto en experto, en Alicante le recomendaron Mindfulness para su padecimiento. Internet y Google hizo el resto para llegar a mi. Su problema: EL DOLOR. Sufre, sufre un dolor crónico.

Cuando iba hacía la cárcel para la cuarta sesión iba pensando que hay muchos tipos de cárceles. Hay quien padece un cuerpo que lo atrapa lleno de dolor. Quisiera escapar pero no puede, se ve atrapado día a día  en un cuerpo que sólo sabe producir dolor físico. El dolor inevitable, la tristeza y el sufrimiento es opcional, nos dice Buda y muchos científicos y terapeutas. Pero hay que verse atrapado en un CUERPO-DOLOR. En estos casos Mindfulness se ve muy eficaz para tratar la pare del sufrimiento, la parte mental y emocional.

Mientras que los internos de Topas saben cuando saldrán, mi cliente no sabe cuando terminará su cautiverio en su cuerpo. En ambos casos la gestión de la mente y las emociones se hace inevitable ante la aparición del estrés (todos conocemos el estrés postraumático).

El estrés es natural e innato. La homeostasis sabe mucho de él. Explicado sucintamente para ellos el funcionamiento de reequilibrio continuo de la energía en nuestro cuerpo, aprendemos una serie de técnicas y, sobre todo, un plan de vida. Sí, hay que tener un PLAN DE VIDA, si  no lo tienes está dejando que mecanismos automáticos de la gestión energética puedan provocar situaciones que te desborden de manera más o menos habitual.

Este Plan pasa por 10 pasos que sucintamente vamos a exponer:

1.Al levantarse consciencia.
2.Al ducharse  consciencia.
3.Habla con quien vives antes de salir de casa.
4.Camina pausadamente y con consciencia.
5.Introduce pausas de consciencia entre actividad y actividad.
6.Haz sólo una cosa a la vez.
7.Come sólo y en silencio al menos una vez a la semana.
8.Chequea tu cuerpo de vez en cuando y haz respiraciones conscientes.
9.No hay prisa por llegar a casa.
10.Enseña a tu mente a ver el vaso medio lleno y no medio vacío todas las noches.

Si el dolor te atrapa, o el estrés se desborda podrás encontrar en tu vida una cárcel  y un carcelero nada agradable y aún cuando no estés condenado cumpliendo pena de prisión la vida se convierte en algo insoportable y de la que acabo renunciando.

Para vivir con el estrés es conveniente observar como funciona, darse cuenta de como evoluciona, de como se manifiesta en pensamientos rumiantes, obsesivos y circulares, que sentimientos provoca, en que parte del cuerpo tiende a manifestarse con más intensidad. La observación, por ello  entrenamos la MENTE DEL OBSERVADOR.

¿Pero del estrés somos víctimas o testigos? Lo primero es un juicio, lo segundo una certeza. Por eso entrenamos la MENTE DE TESTIGO.

Y por último, lo hacemos con amor, con misericordia, con compasión. De ahí  la MENTE COMPASIVA.

Seguimos avanzando.  Siempre Adelante. DE SOBREVIVIR A VIVIR.

miércoles, 15 de febrero de 2017

CUARTO DIA EN LA CARCEL: La mente. ¿Còmo he llegado hasta aquí?


Son dos grupos. Uno es de internos, seleccionados en tres módulos que denominan “De Respeto” y otro de funcionarios, donde hay Educadores, Trabajadores Sociales, Psicólogos, Licenciados en Derecho o Vigilantes. Cada grupo es de no más de quince personas. Dos grupos muy diferentes. Llevan el mismo temario y las clases tratan de lo mismo, pero en poco se parecen. Hay que amoldar el lenguaje, el mensaje a cada uno de ellos.

La Mente es una continua evolución, desde su nacimiento con el cerebro reptiliano hasta el neocortex, más reciente, la transformación es continua, incluso por días, así lo acredita la Neuroplasticidad, avanzada por Ramón y Cajal cuando afirmó que podíamos ser escultores de nuestro propio cerebro. Almacena información, educación, experiencias, culturas, memoria en suma, pues cualesquiera de nosotros no somos otra cosa, desde la mente, que memoria, los recuerdos también, pero prefiero ubicarlos en el corazón, del que hablaremos más adelante. Ahora toca la mente. Y cada uno tenemos la nuestra.

Si cada individuo tiene la suya también es cierto que cada grupo presenta rasgos diferentes. Definir cada mente sería aventurado.  Puedo hablar de mis sensaciones. Mientras que en el primer grupo percibo inseguridad mezclada de expectación, en el segundo hay más seguridad y cierto escepticismo ante lo que se oye o escucha, son más exigentes con la teoría, analizan más la información que se les facilita.

Estamos todos aprendiendo a tener una MENTE DE PRINCIPIANTE y ACTITUD DE APRENDIZ básicas para aprender con eficacia. También nos entrenamos en la MENTE DEL TESTIGO, LA MENTE DEL OBSERVADOR y la MENTE COMPASIVA.

MENTE DEL TESTIGO: aprendemos a dar testimonio del presente sin juzgarlo, etiquetarlo o encerrarlo en conceptos. Para ello nos valemos de sonidos que llegan hasta nosotros en el momento de la meditación.

MENTE DEL OBSERVADOR: ejercitamos la observación desapegada, despertamos al observador que sin querer juzgar o etiquetar observa sin identificarse con lo observado. Ya sabemos que en lo observado no puede estar el observador. Nos valemos de los pensamientos para su entrenamiento. Se les observa sin identificarse con ellos. No soy lo que pienso, soy quien observa lo que pienso.

MENTE COMPASIVA: La mente no nos trata muy bien. Algunas personas no expresarían en voz alta lo que su mente les dice. Enseñar a la mente que dispone de un cuerpo al que cuidar y tratar con atención es el objetivo de esta práctica. Nos valemos de las zonas del cuerpo que nos llaman la atención con expresiones de molestia, al menos así lo interpreta la mente, y nos dirigimos a ella para estar presentes, observando, mediante la respiración consciente en dicha zona.

¿Alguna pregunta o curiosidad?. Levanta la mano el que parece del grupo de internos el de mayor edad. Sí, afirma: ¿Cómo llega un abogado entrenado en el pensamiento de leyes, una ciencia, a enseñar a vivir desde actitudes a veces tan poco científicas? . Lógicamente la pregunta no es literal pero se le acerca. La respuesta: ¿Cómo llega una persona a estar sentada aquí?

Era la pregunta del día, pues cada día que vengo a Topas me surge una pregunta. En esta ocasión es la pregunta de los que me rodean, de mi familia, de mis amigos, de Julia, de tanta gente. La cuestión: ¿Es mi pregunta?. La respuesta: Nunca lo ha sido. Jamás me lo he preguntado. Recuerdo que un día me rendí, decidí rendirme y acabar con la tensión, me abandoné al destino y en el camino deje que el agua me arrastrara cada día donde el rio de la vida decidiera. Entonces, un día apareció Él, lo hizo de tal manera, con tanta fuerza, con tal intensidad que tomé dos decisiones; la primera no hablar jamás de esa experiencia y, la segunda, seguir adelante, SIEMPRE ADELANTE.

miércoles, 8 de febrero de 2017

TERCER DIA EN LA CARCEL: El semillero.

Suelo desde hace algunos años hacer caso a lo que algunos llaman intuición, otros el “yo profundo”, el espíritu o el alma. Cuando se produce un mensaje desde esa parte de nosotros que no es mental, aunque es la mente quien la identifica y la hace consciente, suelo seguir sus indicaciones, aunque al principio no existen instrucciones precisas, no existe plan ni medios, cualquier experto de una buena escuela de negocios me diría que abandonara o me sentará a planificar. Pero al proceder de tu profundo Ser he aprendido a no hacer preguntas, me pongo en camino y manos a la obra. La experiencia me ha enseñado que los medios aparecen después. A un cristiano como yo el es fácil identificar estos momentos con la voluntad de Dios, la prueba será si sigue adelante. Hay tantas obras humanas que sin medios y sin aparente lógica de triunfo han tenido éxito y hoy son admiradas por el mundo entero, baste mencionar a la Madre Teresa de Calcuta y otros tantos fundadores de instituciones milenarias que hoy subsisten.

Así me ocurrió con la idea de ir a Topas, el Centro Penitenciario. Un día me levanté y surgió la “llamada”: sal al camino de los que están en las cárceles. Y hasta allí llegué gracias mi amigo Miguel que me facilitó las cosas. Lo demás ya lo he contado, la espera para la burocracia y la puesta en marcha gracias al entusiasmo de varios funcionarios. Al principio estaba diseñado para acudir una vez al mes y ahora voy una vez a la semana, al principio era tan solo un taller y al final estamos dando un curso.

Hoy surgió la gran pregunta, todo esto; ¿para qué? Y según iba en el coche de vuelta surgió la respuesta, más bien surgió en el patio de la cárcel al charlar con la Asesora Jurídica y la Psicóloga. Estamos formando “semillas” , semillas de esperanza y de paz. Si los internos aprenden las herramientas y las interiorizan podrán no sólo vivir en la cárcel desde otro plano y actitud, podrán enseñar a los que no acuden a las clases, pero es que además, cuando salgan de la cárcel al cumplir sus condenas, podrán llevar su experiencia y aprendizaje a sus entornos. Me di cuenta entonces del potencial de la actividad, seguí pensando, sí, ahora pensando, en lo que sería formar a internos en todas las capacidades y actitudes, enseñarles a APRENDER A DESAPRENDER PARA APRENDER, a vaciarse de creencias y llenarse de nuevas estructuras mentales, de inteligencia emocional y espiritual, a darles el conocimiento y las herramientas para alcanzar una cota más elevado en el desarrollo humano. Ellos como verdaderos apóstoles de la nueva forma de ser y estar irían luego a sus lugares de origen a sembrar entre sus parientes y amigos. El efecto multiplicador sería exponencial. Entonces capté el sentido y el porqué.
Esta toma de conciencia me esclareció el por qué y el para qué. Nuevamente al fiarme de la intuición, del mensaje de mi Ser más profundo, o de la voluntad de Dios, cada uno escoja, se ponía en marcha un proyecto trascendente de mi propia realidad y alcance, pues yo solo no podré llevarlo a cabo, es tarea de cientos, de miles de personas.

Serán los funcionarios quienes ponga en marcha las demandas ante la Administración, los que se formen y enseñen y transmitan estas enseñanzas reservadas ahora para un público selecto y pudiente. Así las cárceles se llenarán de posibles SEMILLAS de ESPERANZA. Ya no solo aprenderán a Vivir, sino que enseñarán a vivir a otros fuera de la cárcel. Estarán sembrando paz.

Cierto es que todos los internos no podrán ser SEMILLAS, lo serán quienes estén preparados para hacer el camino y dar el salto de SOBREVIVIR a VIVIR.

Que Dios me ilumine para seguir adelante, siempre adelante.