domingo, 1 de junio de 2014

REINICIARSE COMO SERES ESPIRITUALES: El ser espiritual en la política.(XXXII)



Quien se reinicia como ser espiritual poco o nada suele preocuparle la política basada en ideologías que clasifican a los hombres y las mujeres en diferentes grupos y generan poderosos filtros de creencias con los que se analiza la realidad.

No se trata de pasar de la política, pues el pasotismo es contrario al compromiso que todo ser espiritual cultiva como una fuente de sus motivaciones.

La política la entienden como “micro” es decir, en el ámbito en el que tiene capacidad de influencia, en el perímetro en el que puede interactuar con otros. Este terreno no es otro que su “vida privada”, en la que intenta ser luz y dar luz a los demás. No existe “vida pública” para un ser espiritual.

La “vida pública” para el ser espiritual no es la norma, si bien, cuando alcanza su misión una trascendencia pública y notoriedad suele ser para afrontar determinaciones del alma que requieren un gran empeño y esfuerzo. Es entonces cuando el ser espiritual aparece en la vida pública para trabajar y reivindicar lo que anhela y constituye su misión.

A lo largo de la historia han existido muchas personas que desde el espíritu han sido llamados a misiones que han trascendido a lo público logrando evoluciones sociales, culturales y humanas que han dejado una huella que aún hoy perdura.

No se trata de gobernar el mundo, no se trata de legislar para los demás. Se trata de desarrollar una misión personal cuya fuerza es tan poderosa que logra trasformar el mundo más que un gobierno o una ley.

Los seres espirituales son temidos en política por quienes desde una dimensión exclusivamente mental pretende gobernar. Los líderes políticos del momento suelen chocar frontalmente con el líder espiritual que le corresponde. Sus enfrentamientos suelen pasar a los libros de historia más los que suelen ser recordados suelen ser los líderes espirituales así como sus logros y reformas.


En política cada cierto tiempo surge un líder espiritual que transforma, reeduca y despierta.

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