En muchas culturas se habla del segundo
renacimiento, de que durante nuestra estancia en la tierra, a la que hemos
venido por el nacimiento o parto, debemos volver a nacer, un renacimiento, un
segundo parto.
Si el
primero fue inconsciente en la mente, el cuerpo y las emociones, de ahí tal vez
que venimos “dormidos”, el segundo es total y absolutamente consciente en el
cuerpo, la mente y las emociones con participación relevante del Ser que somos.
Si el
primero es doloroso para la madre ahora el dolor se traslada al renacido. Se
trata de un salto cualitativo en el desarrollo de la consciencia que permite
tener una nueva visión y compresión de nuestra existencia y relación con los demás y el entorno.
En el
primer nacimiento venimos de la oscuridad del seno materno y en el segundo
venimos de la oscuridad de la inconsciencia. De ahí que hayamos elegido el
término de “Nacer a la Luz”.
Pero como
en el primero, en el segundo necesitamos ayuda, apoyo, y es ahí donde juegan un
papel fundamental los que muchos llaman “sus padres o madres espirituales” que
como las comadronas son los que apoyaran el proceso. De ahí también que también
al renacer lo hagamos en el seno de una familia espiritual, una comunidad que
nos acoge y nos sigue acompañando en nuestro camino aunque luego, en algunos
casos, sean fundadores o fundadoras de sus propias comunidades espirituales que
acogerán en el renacimiento a otros en el futuro.
Quienes han
experimentado este renacimiento a lo largo de los siglos así lo han relatado de
una manera y otra estando las
diferencias en los diversos carismas, de los que ya hemos hablado[i].
Pero no se
trata de nada extraordinario o excepcional en su desarrollo se trata de un
proceso de consciencia plena en el que tomar conciencia de lo que realmente
somos es el fundamento y el camino en él que el dolor lo generan las
resistencias al cambio de nuestra mente.
Los diferentes ritos iniciáticos, como se las ha venido en denominar, deben
siempre estar en consonancia con la dignidad de lo que somos.
La
diferencia con la secta, el sectario y el sectarismo es la presencia del AMOR.
El nacimiento a la luz es siempre fuente de un amor, compasión y misericordia infinitos.
Por su
reciente celebración el pasado 15 de noviembre dejo el testimonio de Amma (Mata Amritanandamayi), Doctora Honoris
Causa en Humanidades por la Universidad del Estado de Nueva York (SUNY), estará
de nuevo en el Palacio de Deportes de Granollers (Barcelona), los días 13
al 15 de noviembre de 2013, donde de nuevo prodigó su mundialmente conocido abrazo,
un símbolo de tolerancia y diversidad. A lo largo de los años Amma puede
haber abrazado a más de treinta y tres millones de personas, (unas 100.000 más
durante los días de celebración de su cumpleaños, 26 y 27 de septiembre), ha
consolidado su organización humanitaria ”Abrazando
al Mundo”, basada en una impresionante cadena de voluntariado
mundial, comprometida con la implementación de los derechos humanos, el
apoyo a los objetivos del Milenio de Naciones Unidas, la construcción ya
realizada en India de más de 45.000 casas para necesitados, el
tratamiento gratuito a más de dos millones de pacientes en sus establecimientos
hospitalarios, etc.
El mensaje de amor de Amma como
principio de toda existencia, es lo que atrae a gente de todas las
nacionalidades y creencias a encontrarse con ella y recibir su abrazo. Su
trabajo humanitario ha sido reconocido internacionalmente con varios
premios: El Gandhi
-King por
la ‘no violencia’ de Naciones Unidas en 2002; en 2006 el premio ‘Intercredos James
Parks Morton’,
Doctora Honoris Causa en Humanidades por la Universidad del Estado de
Nueva York en 2010, etc.[ii]
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