Estamos en este mundo rodeados de gente,
ninguno de los que nos rodea está aquí libremente, a todos nos han traído sin
habernos consultado y por supuesto nadie nos ha preguntado de quien queremos
estar rodeados. Solo tenemos la oportunidad de escoger a nuestra pareja y
nuestros amigos y éstos, incluso, pueden cambiar.
Esta realidad, es decir, nuestra existencia
forzosa en la tierra, pasa desapercibida y consideramos que no determina nuestra
vida, más si nos ponemos a mirar, o mejor, a observar más de cerca, veremos que
la única posibilidad de continuar la especie es mediante la cooperación.
Ser COOPERADOR es ponerse al lado de otro
OPERADOR como cada uno de nosotros y conjuntamente emprender actividades para
el sostenimiento de la vida en la tierra. Circunstancia ésta que también pasa desapercibida
por el hecho de que cuando nacemos todo está organizado y no lo discutimos, más
allá del modelo organizativo cuando queremos opinar sobre el mismo o incluso
participar en su diseño, pero damos por hecho que hay, que tiene que haber, un
modelo organizativo.
Realizar esta reflexión supone reconocer la
limitación como ser: No estoy aquí por mi voluntad y hay muchas cosas que no
puedo lograr solo. Hay varias conclusiones que podemos obtener de ello: No soy
libre en este mundo. No creo solo mi realidad, co-creo este mundo. Y necesito cooperar. Soy
cooperador.
El grado de compromiso como cooperador marca
la diferencia de uno seres a otros.
Dicho de otro modo, la HUMILDAD de saberse
fruto de la decisión de un tercero y la HUMILDAD de saberse COOPERADOR provoca
en el hombre la aparición de una sabiduría tal que es puerta de entrada a la
felicidad, que tal vez, no sea más que eso: AGRADECER y SERVIR, es decir, dar
gracias por la vida y ser el mejor cooperador, es decir, SERVIR.
La actitud de agradecimiento y la actitud de
servicio hacen del hombre y la mujer una excelsa expresión de la felicidad
plena y esencial, solo hay que observar a quienes han encarnado estos valores
que tanto admiramos.
Cooperar y agradecer, todo un camino.
En la sociedad de la competitividad, la cooperación está de moda. Anacrónico, ¿verdad? Sin embargo las ONGs se ven desbordadas de gente que quiere dedicar parte de su tiempo en ayudar a los demás. ¿Una necesidad en estos tiempos de crisis? ¿O un ejemplo de cómo podemos salir de ella?
ResponderEliminar