Este año aún no he encontrado un tema sobre
el que desarrollar la temporada de este Blog, después de la serie UN CURSILLO
DE AMOR y REINICIARSE COMO SERES ESPIRITUALES, nos proponemos un nuevo curso
sin rumbo fijo, sin horizonte, aún no ha surgido esa claridad mental que nos
lleva a esa expresión tan universal del Eureka! Que más bien es la exclamación ¡Ajá!.
En este mar en calma en el que el barco aún no se mueve y busca un horizonte al
que dirigir su timón y un viento que hinche sus velas, en esa calma chicha que
conocen muy bien quienes han surcado el Pacífico en el que los vientos cesan y
las olas duermen.
Para un escritor o un músico estar en dique
seco es no ser productivo no lograr parir, ni atraer al mundo las musas que le
harán generar riqueza y belleza. Es la muerte, pues quien no es capaz de
generar vida está muerto en vida. La vida es creación.
Saber crear es una sabiduría que no todo el
mundo alcanza. Dios es el máximo creador, a él se le atribuyen todas las dotes
creativas, que son infinitas y nosotros, hijos suyos, hechos a su imagen y
semejanza somos también creativos, creadores, cocreadores.
Esta realidad es bien conocida del ser humano
desde hace siglos. Existe la posibilidad
de contactar con la fuente creadora de todo lo creado y que ésta a su vez
inunde la vida concreta de cada ser humano para en armonía con lo creado poder
llegar a ser cocreador.
Este contacto que todo el mundo espera sea
mental y quienes lo han experimentado y experimentan expresan de otra
naturaleza es un puente espiritual, no puede ser mental, ni emocional, ambos
netamente humanos, debe trascenderlos y por ello se aleja de la naturaleza
humana para adentrarse en lo más desconocido y creíble, pues es ensimismo increíble,
lo que provoca incredulidad.
Este puente espiritual durante siglos se ha
denominado “ESPIRITU” y en el cristianismo se le ha denominado “ESPIRITU SANTO”. La tercera persona de la Trinidad, el gran
olvidado en los rezos y oraciones de muchos creyentes, aunque invocado siempre
junto al Padre y al Hijo en las oraciones más simples.
La fuerza creadora que nos hace cocrear es
una fuerza espiritual con la que debemos contactar. A la que debemos invocar y
atraer y durante siglos mujeres y hombres la invocan de muchas maneras e
intentan contactar con ella de muchas formas llegando a denominarla con
múltiples nombres. Los ritos y rituales de invocación son muy diversos y heterogéneos
a lo largo de la historia y según la parte de la tierra donde nos encontremos,
pero todos las culturas han intentado y conseguido cruzar el puente. En el
Cristianismo existe un cántico creado en el siglo IX que lo invoca el “VENI
CREATOR” una maravillosa pieza de canto gregoriano.
Como podéis comprobar basta invocar la
escasez para que las fuerzas espirituales vengan en tu ayuda y donde antes
había sequedad surja ahora un manantial fresco de agua y vida eterna, si eterna,
pues la fuerza creadora del Espíritu te permite vivir el ahora, único tiempo
que forma parte de la eternidad.
En esta fuerza inspiradora que ha nacido de
la nada y ha acabado con este artículo nace un horizonte para este curso, VIDA
ESPIRITUAL EN EL SIGLO XXI, que será el banco de reflexión en el que semana
tras semana me propongo sentarme para dejarme sentir como hoy y que la pluma,
en este caso el teclado, sea inspirado por el ESPIRITU SANTO, denominación a la
que me acojo por ser mi formación cristiana y mi creencia la fe católica, pero
que invito a quienes no les guste puedan sustituir por el nombre o la
denominación que más les guste o se ajuste a sus creencias, pues en este camino
cabemos todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario