Está claro somos cambio, las horas, los días,
las semanas, las estaciones del año, los meses, los años…la pura observación consciente
nos reporta esta sabiduría: Que todo se transforma, que nada permanece, la ley
de la impermanencia. ¿Pero la esencia, lo esencial, debe cambiar también? Y si
por esencia hablamos del ciclo de la vida, vemos que ésta, es totalmente igual
siempre, su ciclo de día-noche, primavera-verano-otoño-invierno, es inmutable.
Esta sabiduría y verdad eterna tiene sus
reglas en el ser humano. El CAMBIO es nuestra esencia, debemos por tanto ser
FLEXIBLES, pues quien se aferra a no cambiar se parapeta en una atalaya
contraria a los principios universales de la vida y de la existencia humana. Si
su posición la defiende con responsabilidad será el capitán del barco de su
vida, el único responsable de su presente, como lo fue de su pasado y su
futuro, nadie más.
Al igual que quien entendiendo estos
principios se convierte en puro CAMBIO, es FLEXIBLE, pero pretende negarse asimismo
en el cambio, ser algo diferente a lo que realmente es. Entonces esta continúa
mudanza será la esencia de su vida. Una batalla por cambiar lo que no puede
cambiar, una lucha titánica por ser lo que no se es, que aceptada con
responsabilidad supone determinar el presente y el futuro, como lo fue en el
pasado.
Por último quien gestiona el CAMBIO desde la
FLEXIBILIDAD pero manteniendo inmutable lo que es, lo que fue y lo que será,
que es el SER, su propio SER, su más pura, elemental y básica esencia,
incorpora a su vida la FIDELIDAD. Es fiel asimismo. “Se FIEL a ti mismo” nos decían y nos dicen y nos decimos.
La FIDELIDAD se convierte en la llave maestra
que mantiene la esencia, al SER, y que pese a todo cambio y toda circunstancia
se mantendrá inmutable para hacer efectiva la Ley de la Impermanencia, pues
para que ésta pueda tener una aplicación práctica debe ser aplicada desde un
punto, y ese punto es el SER. No puede ser de otra manera pues de lo contrario
la propia Ley de la Impermanencia sería impermanente.
La FIDELIDAD es absolutamente necesaria para
permanecer en un mundo de continuo cambio. Para cultivarla en nuestro jardín
interior es necesario saber quiénes somos, es decir, conocernos. No podemos ser
fieles a lo que no conocemos. Por tanto, una vez que llegamos al encuentro con
lo que verdaderamente somos la FIDELIDAD será necesaria desde el primer
momento.
La FIDELIDAD al Ser es una elección libre,
consciente y plena de permanecer en la esencia del Ser y desde ahí observar
todo el mundo impermanente. Otorga entonces la seguridad del centro, es punto
que por minúsculo e invisible, no deja de ser el centro de todo y cuando digo
todo.
¿A que eres fiel? ¿A qué o quién eres fiel?. Se
FIEL a tu esencia y no necesitarás conquistar nada pues nada existe más que tu
SER y al entregarle tu fidelidad, logras el milagro de hacer ser al SER.
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