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viernes, 15 de enero de 2016

VIDA ESPIRITUAL EN EL SIGLO XXI (IX):EL PLAN: Un Viaje: El Ahora.




Toda cuanta medida del tiempo podamos hacer siempre se hace desde el ahora. Toda cuanto vida queramos tener se hace desde el ahora, todo cuanto hagamos en la vida ocurrir谩, ha ocurrido y ocurre en el ahora. El ahora es la gesti贸n del tiempo que controlamos, sobre la que tenemos el absoluto poder. Sin poder cambiar el pasado o programar el futuro, el presente, es nuestra 煤nica arma, y dentro del presente el ahora, el momento justo en el que me doy cuenta de que respiro y vivo, pienso y siento.

Siendo de formulaci贸n y dise帽o tan sencillo se presenta muy dif铆cil para la mente la gesti贸n del ahora. El cuerpo siempre est谩 en el ahora, no se pude teletransportar. Las emociones vienen y van y nunca permanecen m谩s all谩 del tiempo para el que est谩n programadas. Son los sentimientos asociadas a las emociones los que logran quedarse con nosotros un mayor tiempo, como los recuerdos. Pero tanto unos, como otros, se desarrollan en el ahora pese a que tengan su origen en el pasado.

El ahora es un gran campo de observaci贸n. Nada de lo que se haya descubierto en el pasado y de lo que se descubra en el futuro dejar谩 de ocurrir en el ahora mientras era observado Por tanto, si queremos descubrir algo en la vida, y en nuestra propia vida, debemos fomentar la observaci贸n en el momento presente, en el ahora.

Esta t茅cnica de estar presente en el ahora, de ser un observador avezado y suspicaz, requiere un entrenamiento espec铆fico. El primer objetivo de este entrenamiento es evitar las fugas. Las fugas las provoca la mente que pretende que viajemos en el tiempo, al futuro o al pasado, en busca de sentidos, significados, juicios, sensaciones, palabras, recuerdos, sentimientos…, todo cuando sea memoria, pues la mente es anal铆tica y el objeto de su an谩lisis no es otro que la realidad, a la que compara con lo que ya sabe, y lo que ya sabe es lo que denominamos: Memoria.



Es nuestra memoria nuestra peor enemigo para la gesti贸n del ahora. No saber nada, no tener memoria es la garant铆a segura de que la mente comenzar谩 en ese justo instante a tomar nota de cuanto ocurre para aprender y comenzar a tenerla. Esta funci贸n puede generarse con una cualidad que denominamos de “mente de principiante”, una “actitud de aprendiz” y la  capacidad de sorprenderse. Todas ellas son necesarias para que podamos enfrentarnos al momento presente con curiosidad, con la curiosidad de un ni帽o, que es quien por primera vez toma conciencia de una experiencia y su mente le permite que preste todos los sentidos a lo  que le ha llamado la atenci贸n y es objeto de observaci贸n en ese instante.


En la vida espiritual esta mente, actitud y capacidad son como el aire, el sol y el agua para la vida sobre la tierra. Quien se disponga a iniciar el camino de la vida espiritual deber谩 establecer un plan formativo para ir avanzando en la gesti贸n del ahora mediante el entrenamiento de una mente de principiante, una actitud de aprendiz y el desarrollo de una capacidad de sorprenderse a cada instante. Cualquier momento de la vida, cualquier instante, cualquier tarea se presenta id贸nea para practicar la observaci贸n del ahora en lo que denominamos la observaci贸n consciente y desapegada de la que hablaremos otro d铆a. Ahora toca finalizar.

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